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Mes: mayo 2022

Dani Martin: saliendo por la puerta grande

El cantante Dani Martín hizo vibrar a los 6000 asistentes de su cita donostiarra con sus canciones pop-rock de corte emocional

¿Fútbol?¿Qué fútbol? Para Liga de Campeones la de Daniel Martín García (Madrid, 1977). En su concierto del Illunbe Arena la gente llenó el albero, palcos, barreras y balconcillos con una emoción que se tornaba en festivo murmullo antes de comenzar la velada. Olvidando los usos pandémicos del lugar, abrazando los más festivos. Con derramamientos, pero de lágrimas de alegría. Disfrutando de esta parada de la gira ‘Qué caro es el tiempo’. Un minutaje sonoro que ayer se cotizaba a partir de 40 euros la entrada por casi dos horas de faena.

El figura y su cuadrilla contaron con una terna de guitarras en danza. El pial que marca a fuego su ganadería llegó con curvas de pop rock, ensoñaciones, romanticismo, energía, chulería y, dicen, guapura. Con varias y variadas tarascadas que enfervorizaron a un público que lo cantó todo. Entraron al trapo porque el madrileño ha organizado la lidia para contentar a sus seguidores: los que aparecieron con El Canto del Loco y los que se han ido sumando en su carrera en solitario. “El público ahora quiere cantar lo que se sabe, lo que forma parte de su vida y su felicidad.”, dijo en la entrevista a este medio el pasado viernes. Y así fue.

Un espectáculo lleno de estocadas y pases. Medios tiempos y baladas que se enrabietaron. ‘Zapatillas’, ‘Puede ser’. Virando hacia la música italiana, The Killers y The Beatles. ‘Portales’, ‘Cómo me gustaría contarte’, ‘Peter Pan’. Melodías ejecutadas con temple y cercanía. ‘Que se mueran de envidia’, ‘Volverá’, ‘Ya nada volverá a ser como antes’. Un momento emocionante, un guitarrazo contagioso.‘Una foto en blanco y negro’, ‘Cero’. Una voz nasal bien apoyada. ‘Tal como eres’,‘Insoportable’. En un escenario que se llenó de destellos de colores, unas pantallas laterales por las que se llegaron a colar anuncios publicitarios y un sonido general que fue asentándose y ganando calidad. En el peliagudo arte de valorar el conjunto de suertes unos pidieron la vuelta al ruedo, otras las orejas y un buen número de presentes el elemento que falta en la serie habitual de estos galardones.

Publicado en El Diario Vasco

Juan Mari Beltran: Euskovisión

Intérpretes: Juan Mari Beltrán (tamboril, flautas), Errege Belda (acordeón), Ander Barrenetxea (voz, percusión), Aitor Gabilondo (voz, guitarra). Lugar: Sala Club Victoria Eugenia (Donostia). Día: 14/05/2022. Asistencia: unas 70 personas

Mientras buena parte de Europa se preparaba para atender las diferentes propuestas televisivas de Eurovisión el autor guipuzcoano Juan Mari Beltrán ofrecía en la coqueta Sala Club del Victoria Eugenia donostiarra su particular “Euskovisión”: la presentación del primer volumen, el dedicado a los aerófonos, de la enciclopedia ‘Soinu-tresnak euskal herri musikan’ (‘Los instrumentos musicales en la música popular vasca’).

Sin liarse la manta, siempre con breves charlas, Beltrán nos fue contando peculiaridades de las flautas usadas en Euskal Herria. Unas hechas de hueso de buitre, otras alavesas (“Txiflo”), las “franchuletas“ traídas del otro lado de los Pirineos o las que tenían un timbre que evocaba al afilador. También hubo ocarinas, traviesas traveseras, agudas ‘Xirulas’ y sorpresas como la del órgano portátil de fuelle. Y el txistu, claro, amo y señor de nuestras celebraciones feriadas.

Las músicas tradicionales llegaron en formato popurrí con historias de la corte navarra, la catedral de Baiona y las festividades costumbristas. Viajando de Durango a Lapurdi, de Azkoitia al Baztán. Con inspiración marítima y el poso celta que orilla el mar. Encontrando un hueco entre jotas y romerías para acercarnos piezas propias (‘Sigi-Sagan’), los ochenta minutos del evento se pasaron en un vuelo. Juan Mari Beltrán y sus músicos volvieron a demostrar que son la mejor medicina para disfrutar de nuestros sonidos y, de paso, convencer a los escépticos de que el folk puede ser muy atractivo.

Publicado en El Diario Vasco

Depedro: Viva el domingo

Intérpretes: Jairo Zavala (voz, guitarra), Martín Bruhn (batería), Héctor Rojo (bajo), Kike Fuentes (guitarra), Raúl Marques (multi-instrumentista). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 08/05/2022. Asistencia: lleno, unas 900 personas

Escondan la modorra. Abandonen la mantita. Pasen de esos telefilmes cuyo título responde a la fórmula “Asesinato + región de Francia”. Si un domingo a la tarde, ese momento casi trágico, se cruza en su camino un concierto del grupo Depedro vayan a él sin pestañear. Aunque la semana haya sido tremenda. Si Jairo Zavala y los suyos pasan por su urbe no pierdan la ocasión o se arrepentirán.

La velada fue magnífica, alegre, cimbreante y variada. Como esa ‘Panamericana’ a la que le cantan de forma sabrosa, su autopista musical no conoce fronteras. O mejor dicho, las cruzan sin miramientos y las mezclan con finura y calidad. Sus ingredientes latinos (‘Nubes de papel’, ‘Hombre bueno’) no son sacados de una churrería, siguen defendiendo el rock fronterizo (‘Máquina de piedad’) llevándolo a fantásticos pasajes elegantes (‘Déjalo ir’), pausados (‘Tu mediodía’) y de atractivo contraste (‘Antes de que anochezca’).

Zavala, vivaracho patillas, se destapa como guitarrista (‘Diciembre’) y se permite el lujo de quemar balas en mitad del concierto (‘Nubes de papel’) y bajar al pasillo con el resto de compinches para contagiarnos sus ganas de parranda (‘El pescador’). DePedro un sábado a la noche nos lanzarían como un cohete a buscar la noche entre saltos. Pero en la tarde de ayer nos permitió algo aún mejor: llenar las baterías con alegría y buena música para lo que nos espera a partir de hoy.

Y la gente dirá “Yo vi a Izaro en el Velódromo”

La autora vasca se confirmó anoche en San Sebastián con un concierto repleto de gente, felicidad e invitados ilustres.

No vamos a descubrir la rueda si afirmamos que Izaro Andrés Zelaieta (Mallabia, 1993) se doctoró anoche en Donostia. La que fuera el mejor expediente en la carrera de Comunicación de su año ratificó que, artísticamente, es una autora de las ligas mayores. Porque llenar el Velódromo, cifrado ayer en seis mil personas, está hoy en día en manos de muy pocos autores. Lo han podido hacer cantantes más promocionados que las colonias en Navidad. Y también algún que otro grupo punk que abandona el formol para pasar la gorra. Pero como ella, con apenas tres discos en la calle y una carrera sin prisa pero sin pausa, pocas o ninguna.

En la cita donostiarra de dos horas de duración y veinte canciones abundaron la chavalada (aplicando la etiqueta con benevolencia hasta pasados los 30 años) en formato cuadrilla y los planes familiares. Dos horas antes ya había gente haciendo cola para entrar, en una hilera que llegó más allá de la parada del Topo de Anoeta. “Íbamos a verle en Vitoria pero el concierto al final se suspendió”, contaban Nerea Manso y sus amigas, llegadas directamente desde la capital alavesa en lo que fue también su primera visita al recinto. De Irún era Amaia Illera, quien tampoco había podido ver a la autora afincada en Donostia y eligió ‘Paradise’ como su tema favorito. Coro Villar y Jaione Soro andaban gestionando los pasos de cinco niños. “Me gusta poner ‘La Felicidad’ a la mañana, para irnos cargando las pilas”, contó Coro mientras su hijo Unax Gamón se decantaba por ‘París’.

Una vez dentro la música ambiental de Jorja Smith o Victoria Bigelow se mezclaba con las charlas y murmullos de la gente. Con media hora sobre el retraso previsto la autora y su banda habitual comenzaron con ‘Er(h)ori” y ese aire a The Cramberries tan elegante. Hubo momentos más melosos (‘Hainbeste’), jaleados a rabiar (‘Errefuxiatuena’), electrolatinos (‘Un poquito más’), colchones oscuros muy actuales (‘You’) y aires celtas algo épicos (‘Ihintza’). Algunos temas fueron acústicos, usando la pasarela presente para acercar la intimidad de la melodía (‘Eskaleok’).

¿Y el sonido? Bien, gracias. El oval ciclista no es el mejor espacio para gozar de los detalles pero la voz de Izaro, perfecta toda la velada, sonó clara y alta sobre una música que en todo momento pudo reconocerse. Como reconocibles fueron los distintos invitados a esta fiesta de confirmación. Pedro Pastor cantó sobre unas ‘Ventanas cerradas’ de explosivo estribillo bailarín. Y Amaral, recibidos por un público entonando el estribillo de ‘Marta, Sebas, Guille y los demás’, aportaron su granito de euskera a la suave ‘Argia’. La suma de Cris Lizarraga (Belako) a la apropiada ‘Libre’ fue uno de los momentos álgidos en el ranquin de palmas.

Esta crónica de urgencia llegó al papel mientras el grupo ejecutaba “Astelehenak” y esperábamos las anunciadas apariciones restantes (Xoel López, Gartxot y Eñaut Elorrieta) en un recital que fue horadando el cerebro de los presentes. “Yo vi a Izaro en el Velódromo”, se dirá dentro de unos años desempolvando el bolsillo de anécdotas de un día grande.

Publicado en El Diario Vasco