Saltar al contenido

El Día De La Música: La fiesta de los acordes al sol

Arcoiris de sonidos en el festival musical callejero celebrado ayer en el centro de Donostia

Se ha instaurado en nuestra tierra aprovechar el solsticio de verano del 21 de junio para celebrar El Día De La Música. La Fête de la Musique francesa ha sabido cruzar el Pirineo para inundar nuestras calles de grupos grandes, medianos y pequeños en eventos que tienen la característica de ser gratuitos.

En este sentido en Donostia ya ha tomado arraigo la parranda que se celebra con el céntrico Mercado de San Martín como núcleo de actividades. El establecimiento FNAC y varios colaboradores públicos y privados organizaron ocho conciertos en dicha plaza para los días 21 y 22 en una reunión que el año pasado juntó a más de 3000 personas. Un número que los organizadores esperaban superar al cierre de esta edición.

El pistoletazo del viernes tuvo dos platos sabrosos. La donostiarra June Calsor se acompañó de un batería y un teclista para abrigar a los presentes con sus tonos tersos y suaves en clave de soul, jazz y R&B. Y si la primera arropaba lo de los segundos fue un hielo tirado a la cara. Los vizcaínos Sua demostraron porqué acaban de ganar el concurso de maquetas de Euskadi Gaztea. Los suyo es el rock enfadado, chillado, directo y aún algo tierno. Cantando en inglés y euskera, una mezcla cada vez más habitual entre la gente que empieza, sus ondas hicieron vibrar los cristales del centro comercial.

El sábado era el día grande. Y comenzó con un par de eventos que buscaban aprovechar la alegría de la hora del vermú. Los locales Latitud 43 -nombre que recoge la ubicación geográfica de la capital guipuzcoana- defendieron el rock urbanita de autores como Fito. La tanda mañanera se cerró con el concierto de Maren, la autora más “millennial” del cartel -apenas tiene 16 años- y concursante hace un par de años de “La Voz Kids”.

La solana que se comió toda sombra cercana envolvió a esta chica con pinta de “influencer” -será la edad y el desparpajo-. Su pop dulce recuerda a Russian Red (ese vibrato…), Izaro y Tracey Chapman. Con una gran voz y muy salada entre temas, el futuro que le espera no tiene barreras.

La tarde arrancó con el set de Ibai Marin. El antiguo cantante de HIRA llegó para presentar “Bidean naiz”, su último trabajo. Rodeado de una banda vestida de negro, su rock vasco navegó entre la dureza, el AOR y las baladas. Al pobre Marín le falló la voz un momento, y lo pasó peor de lo que realmente fue, con continuas disculpas al micrófono.

De negro también salieron Noa &The Helldrinkers, nadadores lustrosos en el pantano del blues. Su sonido, pulcro y conciso, estuvo nutrido de versiones y temas propios. A destacar la voz principal, nacida en la misma calle en la que se celebraba el acto según confesó en un momento.

Y tras su ejercicio de estilo llegó el caviar de la tarde-noche. Joseba Irazoki & Lagunak ofrecieron un espectáculo mayúsculo, sideral. Con canciones que no te dejaban asirte a ellas porque el siguiente trozo te descolocaba. Sus conciertos no atienden a las formas habituales. Pero eso les da otro plus.

Poseído en los punteos y en los cantares, Joseba defendió el rock espacial, la sicodélia, las calmas ácidas y el kraut rock con la elegancia que le da el estar situado en lo más alto de la creatividad guitarrera vasca. La abarrotada plaza premió sus esfuerzos con muchos aplausos y otros tantos comentarios de asombro. Y a cargar la furgoneta corriendo, que estos Lagunak doblaban turno esa noche en Zumaia.

Tras el baile cerebral llegó la hora de despedirse poniendo las neuronas en danza. Con unos músicos de chaleco y gomina y una cantante de inspirada voz los Koko-Jean & The Tonics cerraron por todo lo alto esta novena edición del Día De La Música capitalina con su fiesta de rythm& soul.

Publicado enCríticas de conciertos

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *