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Mes: abril 2019

Stone Foundation: Soul cristalino

Intérpretes: Neil Jones (guitarra y voz), Neil Sheasby (bajo), Philip K. Ford (batería), Ian Arnold (teclados), Gareth John (trompeta), Spencer Hague (trompeta), Gary Rollins (saxo), Rob Newton (percusión). Lugar: Sala Kutxa Kultur (Donostia). Día: 12 abril. Asistencia: unas 200 personas.

Con intachables pintas mod, apadrinados por Paul Weller y a banda completa. Así aterrizaron ayer los ingleses Stone Foundation en la tórrida sala Kutxa Kultur de Donostia. Combo que ofreció un largo concierto de casi dos horas en el que buscaron dar una muestra de sus gustos soul-funk británicos.

Su debut en nuestra ciudad, la séptima fecha peninsular de esta gira que casi se interrumpe por un grave accidente en Somosierra, estuvo bien dirigida por el cantante Neil Jones. Bregado en salas en las que no hay que bajar la guardia, esta suerte de “betigazte” Brian Adams animó a la gente todo lo que pudo. Un público ya bien entrado en años – los allí presentes ya gateaban cuando las primeras elecciones democráticas- que bailó de lo lindo durante la noche.

Hubo más músicos destacados en la velada. El bajista Neil Sheasby fue el amo y señor de las canciones, mientras la notable sección de viento no paró de imprimir vigor a las melodías. Acérrimos defensores de las cristalinas directrices funk-pop anglosajonas, aquellas que en el pasado lucharon contra el pop banal, el octeto buscó la creación de melodías pegadizas (“Beverly”), el impacto en los estribillos (“Season Of A Change”, “Next Time around”) y el amor en los cortes lentos (“Pushing”).

Quizás, solo quizás, se echara en falta cierta diversidad en una formación anclada en las directrices de Style Council. Que los chispazos Motown de temas como “Limit of a men” o “Give The Man A Hand” nos llevaran a los reinos soul de aquel Charles Bradley que agitó el Jazzaldia. Pero estos Stone Foundation pegarían más, y seguimos en la arena veraniega, reventando una de las terrazas del evento playero donostiarra. Tampoco es mal sitio para dejar un buen sabor de boca, ¿no?

Diego Vasallo: Oscura belleza

Intérpretes: Diego Vasallo (guitarra, voz), Fernando Macaya (guitarra), Pablo Fernández (ukelele, mini batería), Goyo Chiquito (contrabajo). Día: 5 de abril. Lugar: Centro Cultural Lugaritz (Donostia). Asistencia: unas 100 personas

No lo llamarán para un congreso de autoayuda ni protagonizará anuncios de colores brillantes. Pero Diego Vasallo es un autor con una gran vida interior. Sus obras nacen lejos de aquellos famosos Duncan Dhu de los que forma parte, sabiendo navegar entre las calles más oscuras y los cielos más tapados. El músico y pintor donostiarra retornaba ayer a los escenarios de la ciudad para despedir el disco ‘Baladas para un autorretrato’ en esa cercanía que tan bien le sienta a sus tonadas.

La banda llegaba en formato de cuarteto rockabilly. Un contrabajo y una batería con los mínimos elementos posibles asentaban el estilo. El guitarrista Fernando Macaya volvía a ejercer de Robin de nuestro Batman. Y en medio de la semicircunferencia que conformaban todos ellos se posicionaron Vasallo y su voz rota.

Fue una noche de líricas. De esos poemas que hacen tu habitación más pequeña. Oraciones que dibujan cuadros, que retratan perdedores. Con unas músicas férreas, solo aligeradas cuando los temas atacaban espacios más poperos (“La vida mata”, “Donde cruza la frontera”). Con una belleza poética que explosionaba cuando el conjunto viajaba más ligero. El arranque con “Fe para no creer”, con un Macaya excelso en su sencillez, confirmó esta idea.

Hubo mucho paseo por el desierto (la bellísima “Que todo se pare”), algo de melancolía (“Lo que parece”), medios tiempos (“Ruido en el desierto”), cierta luz entre los nubarrones (“Cada vez”), viajes vaqueros (“La vida te lleva”) y rockabilly pausado como para amenizar una convención motera. El envoltorio sonoro pareció demasiado purista y severo para los que no gastamos tupé. Pero fueron la distancia del mismo y la belleza de las letras las que hicieron que el “sabor en boca” – que dicen los enólogos- fuera estupendo.