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Mes: enero 2017

Cass McCombs: Pop adulto

Intérpretes: Cass McCombs y banda. Lugar: Sala Kutxa Kultur Kluba (Donostia). Día: 30 de enero. Asistencia: lleno, unas 200 personas

Arrancaba perfecta la gira nacional de Cass McCombs, con un llenazo en la siempre bien sonorizada sala Kutxa de Tabakalera. El norteamericano presentaba su último CD ”Mangy love”, un trabajo que quedó bien plasmado en el ambiente del evento. Una atmósfera cercana al sonido habitual de las carpas del Jazzaldia, sin apenas filos rockeros, con abrazos a Lloyd Cole y el pop australiano en lo sonoro (“Robin Egg Blue”), emparentado a bandas como el Josh Rouse de los tonos tersos de los años 70 . Años que pillaron jóvenes a buena parte de los presentes en su cita donostiarra.

En el concierto de este cuarteto hubo temas largos, algún derrape de aires latinos (“Run, sister, run”) y querencia por los punteos a lo Santana. Tiempos lentos que destacan más en disco, todo hay que decirlo. Las canciones de Cass te piden una calma y una atención que se ha tornado complicada.

Pero siempre hay algo que destacar. En Donostia sonaron de maravilla ese “Brighter” que homenajean los locales Lou Topet, la preciosa “Dreams Come True Girl” y la no menos bella “Morning Star“. Del resto nos quedamos con algunos momentos abigarrados dentro de la suavidad general y la eterna destreza musical que demuestran los que vienen del otro lado del charco.

Cass McCombs: Pop adulto

Intérpretes: Cass McCombs y banda. Lugar: Sala Kutxa Kultur Kluba (Donostia). Día: 30 de enero. Asistencia: lleno, unas 200 personas

Arrancaba perfecta la gira nacional de Cass McCombs, con un llenazo en la siempre bien sonorizada sala Kutxa de Tabakalera. El norteamericano presentaba su último CD ”Mangy love”, un trabajo que quedó bien plasmado en el ambiente del evento. Una atmósfera cercana al sonido habitual de las carpas del Jazzaldia, sin apenas filos rockeros, con abrazos a Lloyd Cole y el pop australiano en lo sonoro (“Robin Egg Blue”), emparentado a bandas como el Josh Rouse de los tonos tersos de los años 70 . Años que pillaron jóvenes a buena parte de los presentes en su cita donostiarra.

En el concierto de este cuarteto hubo temas largos, algún derrape de aires latinos (“Run, sister, run”) y querencia por los punteos a lo Santana. Tiempos lentos que destacan más en disco, todo hay que decirlo. Las canciones de Cass te piden una calma y una atención que se ha tornado complicada.

Pero siempre hay algo que destacar. En Donostia sonaron de maravilla ese “Brighter” que homenajean los locales Lou Topet, la preciosa “Dreams Come True Girl” y la no menos bella “Morning Star“. Del resto nos quedamos con algunos momentos abigarrados dentro de la suavidad general y la eterna destreza musical que demuestran los que vienen del otro lado del charco.

Alondra Bentley: “Una debe ingeniárselas para materializar lo que se imagina”

La cantante se ha quitado de un plumazo su pasado tranquilo para entregar un disco más moderno y atractivo. Actúa esta noche en la sala Kutxa de Tabakalera, en Donostia.

Quiso la suerte, la casualidad, los vapores promocionales o la prolongada ausencia de las mujeres autosuficientes en el panorama creativo que en 2008 una ola de cantautoras apareciera en la escena española. Russian Red, Anni B Sweet, La Bien Querida, Zahara o la Alondra Bentley que hoy entrevistamos fueron incluidas en ese pack por su folk dulce y primigenio y un cantar tendente a la languidez.

Alondra fue de rama en rama distinguiéndose del resto hasta llegar en 2015 a publicar el CD “Resolutions”, editado como los anteriores por la discográfica Gran Derby Records. Un sello que pronto mutará su nombre a Mont Ventoux, ampliando su campo a los mundos editoriales. Así, además de editar las nuevas canciones de Elle Belga o los donostiarras AMA publicará libros como el ‘Todo tiene una historia’ de Isaac Pedrouzo.

Para este último trabajo discográfico Bentley contó con la ayuda del productor norteamericano Matthew E. White, colaborador de autores como Justin Vernon, Sharon Van Etten o the Mountain Goats y responsable del aplaudido trabajo de Natalie Prass. Juntos idearon un enfoque abierto, con querencias por clásicos como Fleetwood Mac y otros abanderados del “soft pop” de los años 70.

Mas la cosa no queda en un ejercicio de estilo a lo Josh Rouse. Alondra ha querido sonar moderna, sintética, distinta entre canciones, encantadora cuando toca y experimental si así se lo pide el cuerpo. Hace unos años habría sido imposible escuchar un arranque como el del tema “Pegasus”, con esas voces invertidas como epicentro de la canción.

Pasamos el foco a la autora para que nos cuente cómo se produjo el encuentro transoceánico, sus amores sonoros, las peleas diarias para poder seguir haciendo música y las particularidades de la cita donostiarra, ciudad a la que regresa tras dos años de ausencia.

Confiesa, ¿cuántos jamones hay que mandarle a Matthew E. White para que te produzca un álbum?

Te reirás pero le compré jamón ibérico cuando vino a tocar a Madrid. Me dijo que nunca lo había probado y no lo dudé, igual fue por eso por lo que me produjo el disco. Nos conocimos en Ourense, donde compartimos cartel. El tema del colaborar entre nosotros salió en la cena entre jarretes y pulpo. Fue encantador, estuvimos hablando durante horas. Encontramos que teníamos un montón de cosas en común.

Todas bien ocultas en tu pasado más folk.

Hay muchos sonidos con los que me identifico y me gustaría explorar en el futuro. Pero yo no habría sabido hacer este disco sin Matthew. Tiene una sensibilidad artística enorme, hizo mucho hincapié en que las canciones debían plasmar a lo que yo tenía en la cabeza en ese momento, dejando de lado mi anterior sonido.

Xabier Montoia: Un alma libre

Xabier Montoia es uno de esos artistas que si no existieran nos los tendríamos que inventar. Un autor que hace lo que le place en todo momento (ahí están sus dos discos en quince años para demostrarlo). Un compositor que se deja llevar por sus instintos. Ese eterno amateur con una sólida base creativa, literaria y emocional que sabe diluir su arte en la frescura de sus conciertos. Un “crooner” que a veces pasa del micrófono. Narrador que siempre prefiere expresar y transmitir frente a (y esto es uno de los mayores halagos de este texto) alcanzar la excelencia en los videojuegos de karaoke. Un alma libre, un pájaro que migra donde se lo pida el corazón, el azar o el deseo.

Quizás por eso aceptó el convite de Izar & Star, la propuesta vizcaína que invita/incita a autores de nuestra tierra a reinterpretar las canciones de sus autores favoritos, con el explícito nombre de “No English, Please”. Que no es otra cosa que defender esos grandes temas cantados en idiomas distintos al inglés.

El primer pase de “No English, Please” se celebró hace un mes en la capital bilbaína y el pasado sábado aterrizó en una sala Kutxa de Tabakalera bien adaptada para la ocasión. Varias filas de sillas colocadas en la zona delantera daban asiento al espectro más adulto del respetable, mientras los más jóvenes se repartían la zona del fondo. Tener una carrera musical de 30 años en activo hace que debas tener en cuenta, en cuestiones de prolongada verticalidad, a tus seguidores iniciales y a los recién llegados.

Bien acompañado por su socio habitual, el experimentado y experimental Ibon Rodríguez, y la chelista Itziar Lertxundi (una de las primeras intérpretes que hemos visto silbar siguiendo las notas de la partitura), Montoia arrancó divertido con “El cantante” de Ruben Blades (“Yo soy el cantante
que hoy han venido a escuchar / lo mejor del repertorio a ustedes voy a brindar”) para más tarde atacar temas en alemán (“Die Moritat von Mackie Messe” de Bertolt Brecht), una balada galega, el “Que Reste-T-il De Nos Amours” de Charles Trenet, la influyente – en sus carnes- “Você É Linda“ de Caetano Veloso, ese “Mercé” de Maria del Mar Bonet con aires de Velvet Underground o el “Lembra-me um sonho lindo” del portugués Fausto.

Acertó el escénicamente esquivo Xabier Montoia a intercalar temas propios en el listado general. Así nos pudimos dar cuenta de la belleza de “Gezurren bat”, “Ilargipean”, “Zugan gogoa”, “Fede apurra” o esa oda a las penas y los vinos que es “Botilarena”. Y el futuro viene halagüeño, con canciones como esa maravillosa tonada sin título (¿”Zutaz oroi”?) que pudimos escuchar el pasado sábado. El disco completo se anuncia para este año recién inaugurado. Esperemos que su publicación nos permita ver más a menudo a este gran autor vasco, un libertino creador totalmente inspirador.