Solomon Burke protagonizó el sábado por la noche el Hondarribia Blues Festival
Recuperamos, en formato breve, algunas sensaciones que nos dejó el populoso sábado del Hondarribia Blues Festival:
Una buena idea: Montar un concierto didáctico para los más pequeños de la casa. Además de enseñarles los principios elementales de una música tan sencilla y básica como el blues por medio de juegos, los padres pueden disfrutar de actuaciones musicales en horario de tarde.
La gente del Hondarribia Blues Festival acertó de pleno con la propuesta. Los miembros de la banda The Cash Box Kings fueron los encargados de catequizar a los presentes con mucho diálogo y buena música.
La organización repartió armónicas a los churumbeles. Lo que podía considerarse un «arma de destrucción masiva» en algunos ambientes (decenas de nenes generando sonidos vuvuzélicos) fue al final un divertido recreo.
La chavalería siguió razonablemente bien las indicaciones del maestro de ceremonias, un norteamericano con un castellano más que correcto. Curiosidad: Los pasajes traducidos al euskera eran los más respondidos por los menores.
Garitos al aire libre: Integrar en tu urbe los distintos escenarios atrae a los curiosos y hace más llevadera la vida de los seguidores acérrimos. Si además pones al alcance de su mano a formaciones que en la cercanía ganan toneladas, la fórmula es perfecta.
El dueto compuesto por Fede Aguado y Osi Martínez fue de lo mejorcito que pudimos ver el pasado sábado. Curtidos en las catacumbas madrileñas, su acto fue canalla y divertido, sabiendo airear su blues con country, folk optimista y mucha caradura.
Los Reyes del KO también ganan en las distancias cortas, sin que eso signifique que les den vértigo las alturas. Su actuación en la Plaza del Obispo, con colegas invitados y abundante diversión sobre el tablado, fue más radiante que la de la víspera en La Benta.