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Mes: julio 2010

Hondarribia Blues 2010: Un premio a la asistencia.

Solomon Burke protagonizó el sábado por la noche el Hondarribia Blues Festival

Recuperamos, en formato breve, algunas sensaciones que nos dejó el populoso sábado del Hondarribia Blues Festival:

Una buena idea: Montar un concierto didáctico para los más pequeños de la casa. Además de enseñarles los principios elementales de una música tan sencilla y básica como el blues por medio de juegos, los padres pueden disfrutar de actuaciones musicales en horario de tarde.

La gente del Hondarribia Blues Festival acertó de pleno con la propuesta. Los miembros de la banda The Cash Box Kings fueron los encargados de catequizar a los presentes con mucho diálogo y buena música.

La organización repartió armónicas a los churumbeles. Lo que podía considerarse un «arma de destrucción masiva» en algunos ambientes (decenas de nenes generando sonidos vuvuzélicos) fue al final un divertido recreo.

La chavalería siguió razonablemente bien las indicaciones del maestro de ceremonias, un norteamericano con un castellano más que correcto. Curiosidad: Los pasajes traducidos al euskera eran los más respondidos por los menores.

Garitos al aire libre: Integrar en tu urbe los distintos escenarios atrae a los curiosos y hace más llevadera la vida de los seguidores acérrimos. Si además pones al alcance de su mano a formaciones que en la cercanía ganan toneladas, la fórmula es perfecta.

El dueto compuesto por Fede Aguado y Osi Martínez fue de lo mejorcito que pudimos ver el pasado sábado. Curtidos en las catacumbas madrileñas, su acto fue canalla y divertido, sabiendo airear su blues con country, folk optimista y mucha caradura.

Los Reyes del KO también ganan en las distancias cortas, sin que eso signifique que les den vértigo las alturas. Su actuación en la Plaza del Obispo, con colegas invitados y abundante diversión sobre el tablado, fue más radiante que la de la víspera en La Benta.

Hondarribia Blues 2010: Hondarribia, la capital del blues

El arranque de la quinta edición de este festival musical se llenó de público para disfrutar de las actuaciones de grandes músicos como Magic Slim.

Tras un par de días de toma de contacto, con fiestas inaugurales y proyección de películas, el viernes comenzaban las actuaciones musicales de la nueva edición del Hondarribia Blues Festival.

Una muestra que sigue manteniendo un idilio con los asistentes, ya sea por las músicas que en él suenan, la gratuidad de todos sus actos, la bonanza meteorológica que le suele acompañar o la belleza de la postal que todo lo envuelve.

La tarde empezaba con dos eventos programados para las ocho de la tarde. Los andaluces The Blues Hackers inauguraban el precioso y coqueto escenario de la Plaza Del Obispo ante un numeroso público. En formación de cuarteto y con cantares ingleses, su colección de estándares agradó a los oyentes hasta provocarles más de un baile de salón digno de una boda danesa.

Dejamos su actuación a medias, porque a la misma hora había dado comienzo uno de los actos más curiosos del certamen. En el tablado de la céntrica Calle San Pedro, a la altura de la sociedad Azeri, Philippe Menard ofrecía su recital como ‘hombre orquesta’.

El francés, que curiosamente también eligió el idioma de Shakespeare para expresarse, monta un elegante tinglado para su actuación, presentando unas herramientas de pura ingeniería. Con un pie toca el bombo, con el otro la caja, el charles y un plato, sopla la armónica, canta y rasga la guitarra.

Sus animosas composiciones tuvieron momentos de recuerdo a Jimmy Hendrix y otros grandes popes del blues-rock. La salva de aplausos final confirmó lo acertado de su contratación, aunque la hora y media de concierto se nos antojara algo extensa.