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Emma Pollock: Bellas pedaladas

Intérpretes: Emma Pollock, Karelean. Día: 18 Marzo 2008. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Asistencia: unas 300 personas.

Pertrechada tras una guitarra que hacía empequeñecer su cuerpo, rodeada de los músicos con los que anda presentando su primer disco “Watch The Fireworks” (Donostia estrenaba la gira), la protagonista de la velada musical del pasado jueves echó mano de su libreta azul para presentar a sus compinches y saludar al respetable en un castellano que bien podía haber sido romaní: “Hola, me llamo Emma Pollock y soy de Escocia. Allí siempre llueve”.

Claro que a la antigua cantante de la banda The Delgados (sí, en homenaje al ciclista Perico Delgado) se le olvidó nombrar el tipo de lluvia al que se refería con su frase.

La acuosa la conocemos bien por estas tierras. Pero lo que nos sigue extrañando es el diluvio melódico que nos viene estos últimos años desde Glasgow y alrededores. Escocia lleva varios años exportando preciosos generadores de melodías pop. Una profesión en la que Emma ya tiene experiencia y que ahora prefiere abanderar bajo su propio nombre y apellido.

Los cambios no sólo afectan en la presentación. El nuevo enfoque musical mezcla estribillos elegantes de lujo irreprochable y suaves esqueletos de huesos de emoción.

Bellas historias sin apenas artificios que consiguen engancharse a nosotros de tal manera que para cuando nos damos cuenta descubrimos que hemos escuchado las canciones docenas de veces.

Recuperando las mejores acepciones del término “clásico” y alejándose de las ampulosas orquestaciones del pasado, la escocesa defiende en directo la misma teoría simple, llana y directa que ofrece en su debut disquero.

Sobre el tablado donostiarra sus guitarreos y cantos venían con la habitual compañía de bajo y batería. Como aditivo nombraremos a un teclista que en lugar de dar sabor a toda la escena se quedó en perejil sonoro por culpa de un volumen excesivamente apagado.

Como ahogada era la voz de la cantante, afectada por una infección de garganta. Su tara fonética apenas se notó en los cantes lentos o medios tiempos (“Paper and Glue”, “New Land”, “Fortune”), espacios que dejaban más al descubierto los timbres poperos que caracterizan a la británica. También hubo varios aciertos melódicos (“Adrenaline” o el soberbio “If silence means that much to you”) y algún que otro frenazo excesivamente brusco (“Limbs”).

La manecilla del contador se paró al poco de sobrepasarse la hora y cuarto de actuación. Una duración no criticable teniendo en cuenta que sólo tiene un CD editado y que la artista había prometido no echar la vista al pasado para recuperar viejos éxitos de su anterior banda. No le hizo falta. La nueva bicicleta de la ex Delgados luce brillante y bonita en estas nuevas carreras.

Publicado enCríticas de conciertos

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