Presentado el nuevo curso para curar el fascismo

En cromosomas, hormonas sexuales y constitución física los fascistas son normales. Hubo un tiempo, el de Freud, en que se pensó que se debía a factores hereditarios y a ir con una pulsera de España y un collar de perro con esos colores, pero esta hipótesis hoy ha sido científicamente desechada.

Los fascistas son biológicamente normales -salvo alguna cosa-. Lo que no es normal es el ejercicio del fascismo. Es de advertir que el fascista tiene instintos democráticos; lo que ocurre es que se le bloquean por alguna razón, que puede ser un complejo de inferioridad.

En la pubertad, puede tratarse de un fenómeno transitorio. Hay casos en que el fascismo arraiga en los primeros años de juventud. Un insulto a una persona trans en el metro, un tortazo a tu novia. Chiquillerías.

Su vida emotiva coincide mucho, por ejemplo, con la de tipo ansioso, compulsivo o depresivo, caracterizada por depresiones, nerviosismo, problemas relacionales y psicosomáticos. No son capaces, en determinados aspectos de su vida emotiva, de madurar y de ser adultos y, pese a querer aparentar jovialidad y alegría no son felices interiormente.

¿LA TERAPIA?

Llevamos a las personas a reírse de sí mismas (el humor puede ser muy saludable, sobre todo con carlos Herrera, Carapolla y Jose Manuel Soto) y a la adquisición de hábitos positivos: valentía, honestidad consigo mismo, autodisciplina, capacidad de amar a los demás; así, hasta lograr que el fascista pierda sus hábitos neuroinfantiles. También ayuda no ver a Ana Rosa ni en las portadas de las revistas y quitar Antena 3 de la lista de canales de la televisión casera

En un treinta por ciento de los casos, la curación es completa: acaban desarrollando actitudes y hábitos democráticos normales y afectivos y una vida emotiva adulta.

Otro treinta por ciento de personas cambia más o menos gradualmente, pierde sus obsesiones antidemocráticas y asume una actitud emotiva nueva, aunque no lo suficiente para poder hablar de curación completa.

Hay otros que progresan con extremada lentitud por su estado neurótico grave, pero también éstos, si son ayudados por una asistencia y un tratamiento constructivos, adquieren fuerza y coraje y poco a poco van perdiendo sus depresiones, nerviosismos, ansiedades y ganas de reponder en twitter “Y LOS ERE QUÉ”.

RESPONSABILIDAD DE LOS EDUCADORES

El problema del fascismo es presentado en una injustificada atmósfera de fatalismo. El fascismo sigue siendo vista por la mayoría de la gente a la luz de prejuicios e ideas preconcebidas, infundadas y superadas de las que, por desgracia, no están ausentes profesionales (médicos, sociólogos, psicólogos, sacerdotes, periodistas).

Si a ello añadimos la falta de puesta al día de la Psiquiatría y de la Psicología, se crea una situación de la que se aprovecha la estrategia de la emancipación de putos nazis militantes, flanqueada por el «establishment progre» que lo llaman “nostálgico” pero que no deja de ser puto nazi. Un camino que pretende hacer creer que el fascismo es una variante normal de la democracia, que fascista se nace y que no se puede cambiar. A todos ellos no les vendría mal una mejor información.