Que haya escondido algunas columnas didácticas en éste NUDISMO ELECTORAL no tiene otro sentido que mostrarlas cuando hayan perdido esos dos héroes de los lunes noche y los forgendros que piden la despenalización del cannabis o el implante estatal del deporte y el motor se sienten mayoritariamente entre diputados y senadores.
Porque si en algo me he esforzado a lo largo de los últimos comicios es para desbipolarizar una realidad política, aun sabiendo que cadenas tan minoritarias como la del 6 me iban a comer terreno. Hoy martes madrugo para sacar del congelador las frases que ayer por la noche embolsé, despues del nuevo ringaneo ZapateRajoy.
Tuvimos reunión de viejos alumnos en una sociedad gastronómica con tele, y allí estaban los hermanos Altuna –tan nacionalistas-, Leila –la guapa de clase, reconvertida en fea de la cena-, Ricky el actor, Makina –siempre pensando en descubrir nuevos sabores afrodisiacos- y algunos más que no recuerdo, exceptuando Jana, la que se llamó Alfredo, hoy transexual y quiromasajista. Llevamos la memoria 15 años atrás, aunque la pausamos cuando Olga Viza descubrió sus tacones de oro y la cámara cenital nos ofertó las coronillas emergentes de Mariano y Jose Luis.
En el país del nunca jamás hubo preguntas para la respuesta sin pregunta, y respuestas para la pregunta sin respuesta. Es la política que ahora hemos puesto de moda. Volvíamos a recenar con leche alemana, pan francés y huevos de oro (Bigas Luna dijo que el Huevos de Oro de éste país es el Rey, ole Errepublika), ellos dos metidos en un hipermercado contrastando precios. Y no hablaban del vinagre, de esas 325 aplicaciones diferentes… alivio para los dolores de cabeza, hace desaparecer las manchas de la vejez, cura rápidamente la tos y la irritación en la garganta, para rápidamente el hipo, hace desaparecer esa caspa indeseable…y así hasta ser “el arma secreta de la naturaleza”.
La transexual Jana me pilló solitario en el descanso del duelo, y me contó su vida. Entonces lo vi todo más claro, aderezado por un gintonic que no era el primero ni el segundo. Y entonces hablamos del diesel, repostajes más cortos y sin salpicaduras, que además impiden la oxidación o favorecen la perfecta pulverización. Casi nos enamoramos, faltó que Zapatero dijera que “menos noches y menos suerte” y que Rajoyjoyjoy sacara de una puñetera vez a su muñeca hinchable.
Mister Jo