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Etiqueta: Gregory Porter

Lo que necesitas es amor

El cantante Gregory Porter ofreció ayer en el Kursaal un concierto lleno de alma y calidad

Intérpretes: Gregory Porter (voz), Chip Crawford (piano), Emanuel Harrold (batería), Tivon Pennicott (saxo), Jahmal Nichols (bajo), Ondrej Pivec (órgano). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 22/07/2022. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

La parroquia estaba avisada. Un Kursaal lleno hasta la bandera recibió a su predicador favorito, don Gregory Porter. Fue verle salir por un lateral del escenario (entre aplausos del público) y sentirse como en casa. Diríamos que su actuación en el templo donostiarra (con perdón para los creyentes religiosos) contentó a todos. No había más que verles al final, tras el bis doble en la iglesia kursaalera y degustando el presente que les ofreció en castellano (‘Quizás, Quizás, Quizas’). Esperando aún más mensajes, más plegarias, más emoción.

Una capilla de sonido impoluto que ayer sufrió el ataque del demonio durante los primeros tema en forma de acople ocasional. Mas nada pudo con el amor. Palabra esencial en el diccionario del cantante de Sacramento (EEUU). “Durante estos dos años de pandemia una cosa nos ha quedado clara: lo más importante es el amor”, diría en la entrada de su tema ‘If Love Is Underrated’, ese tema romántico que huye del exceso meloso gracias a la voz principal.

No descubrimos nada si decimos que Porter es un barítono excelente. Los 1800 asistentes que nos acompañaban lo saben. Cercano y expresivo, acertado y cálido. Superando a sus colegas músicos cuando se ponían bravos. Impresionante cuando la música viajaba en segundo plano.

Durante los largos temas (apenas hubo diez en hora y media) hubo tiempo para el lucimiento general. El saxofonista tuvo varios momentos estelares, el pianista tiró por la música clásica española, el organista lanzó fogonazos y el batería desplegó su sabiduría. Nos quedamos con el contrabajista, la columna en la que se apoya Porter en los cantos. Los dos atacaron mano a mano canciones eternas como ‘My Girl’ o ‘Papa Was A Rolling Stone’.

El hombre bajo el gorro Summer Spitfire no olvida a sus predecesores. Los nombra en ‘Musical Genocide’: Stevie Wonder, Marvin Gaye, Al Jarreau, Luther Wandross. De ellos tomó los aciertos para viajar por el crucero del jazz vocal, ofrecer un soul amoroso-curativo y regalar radiantes amaneceres melódicos llenos de (¿lo adivinan?) amor. La felicidad de los presentes al abandonar el lugar confirmó lo acertado de la visita. Para unos serán los rezos, para otros el yoga y para aquellos las hierbas. Pero quienes se fían de su oreja lo tienen claro: Gregory Porter sana cuerpo y mente.

Jazzaldia 2015: La calle del swing

Es una gozada pasear por el centro de la ciudad estos días. Las tiendas y el festival hacen uno, en una simbiosis necesaria y aprovechable por ambas partes. Paseas y escuchas música saliendo de una tienda de mascotas, o en improvisados conciertos en la calles peatonales. Ves más de un escaparate con dibujos saxofonistas. Y al calor del evento central otros espacios programan actuaciones o sesiones de DJ. El porqué esto no se realiza en otras fechas, o de manera habitual, queda a cargo de los tenderos, bareros o rectores municipales. No se preocupen, seguro que el 2016 todo lo arregla.

De camino al Kursaal escuchamos más de un tarareo del “Boogie wonderland”. Señal de que la gente aún tenía en la mente el buen concierto de Earth & Wind & Fire. Banda que convirtió el arenal en un “Studio 54”. O deberíamos decir “64”, por lo del prefijo francés más cercano a nuestra Donostia. Si las tiendas y las parrandas tienen tirón entre nuestros vecinos, estos conciertos jazzeros no le van a la zaga.

El Mercado de San Martín adaptó su habitual pintxopote elegante al certamen con la actuación de Mota Project Live. Cita que mantuvo las virtudes – y murmullos sociales – que suelen presentar estas mezclas alimentario-sonoras. En la balconada del Maria Cristina todo fue más sofisticado. A los platos calentaba el ambiente Miguel A. Sutil, director de “Enlace Funk” (la revista pionera en la difusión de la música negra en castellano). A nuestro paso estaba poniendo delicioso jazz de sobremesa. Y soñamos con veranear en Saint Tropez.

La zona de terrazas presenció la enésima explosión de gentes de Musikene, presente y futuro del jazz en nuestra zona -y más allá-. El quinteto Onna Marun le daba al cancionero propio con gran soltura. Intentaron poner un estor sonoro al sol reinante con temas de marcada y vigorosa nocturnidad entre los que se colaron homenajes a Paco de Lucía. En el parterre los niños corrían de un lado a otro, destacando la vertiente familiar de estos conciertos de primera hora.

Algo más arriesgados se mostraron Maldataskull, quienes atacaron minimalistas sonoridades. Los ejecutantes pidieron a gritos más oscuridad para sus intrincados pasajes, reabriendo el baldío debate de “¿La gente escucha música y llena las sillas de estos txokos gratuitos, o es al revés?”. Toda respuesta es correcta, no se atoren.

Ray Gelato & Claire Martin repetían visita en el Escenario Frigo. En su paseo de ayer solo mejoraron las buenas sensaciones previas, dado que el horario les acercaba un poco más a ese público potencial que se aferra a las sillas y sombrillas como si fuera la primera escena de la película “Lo Imposible”. Chico y chica cantora se fueron cambiando los papeles principales apoyados en un efectivo trío. Aunque la mayor alegría vino de los siempre presentes integrantes del grupo de baile de Lindy Hop, quienes evocaron las calles 52 o 133 del neoyorquino Manhattan, dueñas en los años 30 del título de “swing street”.

Otros que repetían visita fueron Z Bone Project, formación que montó una buena fiesta de estilos imposibles en la carpa de FNAC. De allí pegamos el salto a la playa. En ella la banda nacional Neuman ofreció un concierto estupendo, fantástico, maravilloso. Sobre todo si lo que te gusta es el indie-rock americano de guitarras sucias y melodías casi tiernas y algo oscuras. Más de una vez nos acordamos de The National. Y de Ken Stringfellow, músico que el año pasado visitó con su formación The Posies algunos escenarios selectos del Jazzaldia. Los murcianos llevan unos meses gloriosos, actuando en los escenarios principales de los festivales veraniegos más relevantes. En Donostia solo confirmaron esas trazas de gran banda peninsular.

Fuera de nuestro foco quedaron otras citas muy interesantes: El vigoroso soul de Gregory Porter, el dueto transfronterizo de nuestro elegante “bluesman” Paul San Martín y el baterista francés Romain Gratalon. O el último pase de la gran dama Carla Cook. Pero, quien sabe si como a los niños que se agitaban en en escenario Heineken, el cuerpo nos pidió descanso para afrontar las potentes jornadas que nos esperan.