Saltar al contenido

Categoría: Críticas de conciertos

Puro Relajo: Fiesta y recuerdos

Intérpretes: Eneko Irigoyen (trompeta, voz), Iosu Burguete (trompeta y voz), David García (bajo y voz), Jorge García (guitarra y voz), Txuma Gallués (acordeón y voz) e invitados. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 18-3-2023. Asistencia: lleno, unas 1800 personas

Un año después de su última visita retornaba a la capital el combo más mariachi de nuestra escena. Puro Relajo iniciaban en Donostia la gira de celebración del décimo aniversario de vida creativa con otra velada popular: empezando por el precio de los discos a la venta (entre 10 y 15 euros) y siguiendo por el regalo de un pañuelo a los asistentes para que lo agitaran o se lo llevaran de recuerdo en una noche en la que estuvo permitido grabar vídeos y sacar fotos.

Más que una banda tributo lo de estos navarros es una invitación a la fiesta. Una verbena, una francachela, un guateque, una tremolina, una parranda. No importa cómo lo llamen que acertarán. Mejor al aire libre que en un auditorio, claro. Pero no olviden que ayer muchos pudieron ir a verles porque había un asiento.

A todos y todas nos regalaron una lista larga de canciones – 26 cortes, ahí es nada- que siempre buscó la participación de la gente con simpatía. Mostrándose tan salados como siempre entre piezas y dedicando canciones al Día del Padre (‘Esta es pa´ mi viejo’), a uno que cumplía años y a una familia de Irún presente.

Bajo el mezclador mexicano hubo hasta cinco momentos en euskera, con piezas de Urko o Anje Duhalde entre otros. Se soplaron el himno de la Real Sociedad. Homenajearon a Jose Alfredo Jiménez (‘El Rey’, ‘Paloma querida’) y se lanzaron por corridos (‘El golpe traidor’), vivos mariachis (‘Mazatlan’) y grandes éxitos (‘El Mariachi’, ‘Caballo prieto azabache’, ‘La de la mochila azul’). Con guiños al pop más reciente (‘Derroche’) y varias colaboraciones entre las que destacamos a Iñaki Uranga en ‘La calle del olvido’ y el añadido lírico de Jaione Olazabal en ‘Gogoaren baitan’. Ayer Puro Relajo volvió a no hacer honor a su nombre para ofrecer una noche de fiesta y recuerdos.

ZAZ: Una noche feliz

Intérpretes: Isabelle Geffroy (voz) y una banda de cinco músicos. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 17-3-2023. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

Antes del arranque de la cita un espontáneo se levantó y gritó: “Que tengáis todos un buen concierto”. Se quedó cortó el señor. El torbellino ZAZ llegó a Donostia para ofrecer una velada feliciana con muchos ingredientes reseñables.

Comenzando por la iluminación, sutil y elegante, que despuntó en los temas del último disco de la autora francesa. Siguiendo por un escenario que buscaba evocar los distintos elementos de la naturaleza. Y acabando, cómo no, en las canciones. Basadas en ese pop comercial francés tan distinto al británico (por más que ella se arrimara a Amy Macdonald).o el patrio. Hubo momentos de jazz, otros de swing, baladas, manouche callejero, recuerdos a Maurice Chevalier y hasta una versión del ‘Clavelitos’ de las tunas.

Sobre todos los elementos nombrados destacó la voz. Más recia que en las grabaciones. Acelerada, brincando sobre los estilos musicales. A veces con la urgencia del rap y siempre mimada desde la mesa de sonido. Conectando con la gente desde el primer segundo y siempre sonriente, ZAZ completó un magnífico encuentro en la plaza costera.

Esti Markez: alegría pop

Intérpretes: Esti Markez (voz, guitarra), Iker Lauroba (guitarra), Dánae Riaño (bajo), Josu Erviti (batería), Mikel Markez (voz), Sara Azurza (voz). Lugar: Imanol Larzabal Aretoa (Donostia). Día: 10-3-2023. Asistencia: lleno, unas 130 personas.

Qué sencillo es salir de un concierto de Esti Markez sonriendo. Poco importa que vengas de una bronca o de una jornada laboral maratoniana. La autora de Aia (Guipúzcoa) consigue encapsularte y que te contagies de la alegría que transmite en letras y melodías.

Muchas de esas frases joviales se escuchan entre tema y tema. Markez te cuenta secretos, anécdotas, historias y sucedidos. No estamos hablando de “El club de la comedia”. Son sus tablas, su nerviosismo, la felicidad de estar en un escenario (como bien apuntó en un momento de la velada).

Y luego están las canciones. Adscritas al pop melódico en euskera. A veces más folk y en contadas ocasiones rockero. Con momentos ensoñadores y otros bien vivos. Su voz, juvenil y aguda – se manejaba mejor que en grave, aunque apenas pisó el escalón bajo-, se ubicó lejos del histrionismo. Cuando su padre Mikel Markez salió a cantar ‘Notak airean’ los tonos se solaparon como genes familiares. La otra colaboración, a cargo de Sara Azurza, permitió disfrutar de una ‘Printzesak eta printzeak’ repleta de ímpetu.

En solitario Esti Markez le cantó a la amistad, los refugiados y las despedidas buscando siempre el matiz optimista. Potenciando la belleza de lo pequeño y humilde. La banda, en alegre paridad de dos chicos y dos chicas, le supo acompañar con elegancia. La cola que había en el puesto de venta de discos confirmó el deseo de la gente de querer llevarse parte del momento, las canciones. Para disfrutar del grupo deberán acudir a la siguiente cita.

Neomak: La nueva sensación

Intérpretes: Eneritz Aulestia Mutilozabal, Alaitz Escudero Unanue, Garazi Otaegui Lasarte, Leire Etxezarreta Learreta, Irati Gutiérrez Arteche, Maria Lasa Hilario (voz, trikitixa, panderos). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 7/3/2023. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

Neomak ha construído en apenas un año un exitoso formato que aúna lo clásico y lo actual. Las voces empastadas que transitan por los tonos tradicionales son el hilo de los distintos ropajes sonoros. Los hay reconocibles (‘Santa Ageda’, ‘Anbototik’). Pero la lista se fue contagiando de pregrabados fornidos a volúmenes que gustarán hasta a los menos iniciados (traduzco: a los mayores). Con vistosas coreografías y un trabajo de luces digno de mención.

Las colaboraciones elevaron la frescura: J Martina se marcó un fabuloso ‘Kontu zaharrak’ que no desentonaría en Eurovisión. Olatz Salvador transitó entre el tango y “la canción del verano” en ‘Biluzik’. La firme bailarina Garazi Etxaburu despuntó en ‘Hamen’. Hubo tiempo para bailar en la pista (‘M.U.X.’), perrear y defender que la revolución empieza por nuestro propio cuerpo (‘IXI. mendekua’). Muy mal se le tiene que dar a Neomak para que no sean la nueva sensación vasca.

Maite Larburu: Una joya creativa

Intérpretes: Maite Larburu (voz, violín, guitarra), Carlos Taroncher (clarinete alto), Karlos Arancegui (percusión). Lugar: Sala Club del Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 06/03/2023. Asistencia: Lleno, unas 100 personas

Sigue quemando etapas el renovado festival “Gure Ahotsak”, organizado alrededor de ese 8 de marzo al que la protagonista de ayer, Maite Larburu, le cantó en su actuación. Un concierto que se realizó en la Sala Club del Teatro Victoria Eugenia donostiarra. Espacio ideal para tres autores que ofrecieron un concierto mayúsculo picando brevemente sobre los estilos musicales.

El trío le quitó la chapa a Tom Waits (‘Hezurren azpian’), abrazó el jazz vocal (‘Arrailak’), se vistió de vaquero (‘Igualak igual’), besó el funk (‘O’), defendió el pop antidepresivo (‘Berdin bihurtu ginen’) y reinterpretó de manera mayúscula el ‘Niño Futuro’ de Rafael Berrio. Con letras a ratos divertidas -como las de Mursego- y otras profundas que llegaban tras un risueño gesto.

Fueron momentos llenos de belleza. Con revoltoso envoltorio y elaborado armazón. Y un entonar que parecía trotar sobre las nubes. Apoyándose lo justo en los golpes de batería, agarrada al hilo del (instrumento de) viento o el arpegio de la guitarra. “No sabemos si las cosas no son mejor así, escasas a propósito” decía Jaime Gil de Biedma en su ‘Lunes’. A la complicada sencillez de Maite Larburu no le hace falta más para deslumbrar a los presentes.

Eñaut Elorrieta: Con paso firme

Intérpretes: Eñaut Elorrieta (voz, guitarra), Ruben Caballero (guitarras, coros), Fernando Neira (bajo), Txus Aranburu (teclados, coros), Ander Zulaika (batería, coros), Igor Telletxea (trombón). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 17/02/2023. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

En un momento de ‘Esna Kanta’, el documental que Eñaut Elorrieta ofrece antes de sus conciertos en las capitales, se escucha la voz en off de un padre -y autor- que dice ‘Aita, ¿Cuándo vas a hacer una canción alegre?’. ‘Igual es que no sé’, se responde divertido el emisor. No seré yo quien diga que Elorrieta no es jacarandoso en sus creaciones. Pero su liga es otra. Una muy mejorada y etérea en ‘Fantasia’, su último trabajo. Un gran paso en su carrera.

No es que reniegue de la impactante épica de sus primeras composiciones. Ahora la contiene, la trabaja sin buscar el esperado final. La tensa. Y es esa presión la que le guía. A veces la enseña con orgullo, sobre todo cuando toca repasar algunas viejas piezas en el remate del show. Pero ahora su paso en más firme y personal.

La noche musical comenzó con un preludio digno de Radiohead, entrante de unas canciones de nebulosa astral que se apoyaron en los efectos de las guitarras y el trabajo del teclista. La folkie ‘Fantasia’ y la neofolk ‘Euri herria’ fueron un buen ejemplo en este aspecto. Con ‘Esna kanta’ se acercaron a Anari para disfrutar luego de una amalgama sónica. El desierto se posó sobre ‘Inesa Gaxen’, lo marítimo salpicó ‘Dordoken dantza’ y la gravedad sobrevoló ‘Bidasoa’ hasta su progresivo cierre.

En el lado vitalista sumamos el amor de ‘Eguzki argitan’ mientras la feliciana ‘Tren luzea’ demostró su cariño por el power-pop norteamericano y ‘Suzko Lili’ llegaba bella y grave. Las luces fueron un magnífico complemento. El telón de fondo fue un crisol de colores en los que abundaron los tonos cálidos que supieron acompañar cada momento sonoro con acierto.

Elorrieta, el eterno sonriente, guardó algunos minutos para temas estrictamente acústicos en los que su voz, fabulosa, acompañada en ocasiones por tres apoyos sin realmente necesitarlo, acabó de despegar y llegar al cielo (‘Atlantida’). También hizo brotar las del respetable, en formato suspiro cuando se mencionó a Lauaxeta (‘Mendigoixaliarena’) y ya a pleno pulmón vasco (afinado, agudo, suave) en la fiesta coral de ‘Itsasoa gara’.

La sección final contuvo más estándares pop-rock que coincidieron con varias de sus melodías más conocidas. Nada que objetar al pasado. Pero teniendo un presente tan atractivo no se intuye tan necesario lanzarse a aquellos mares. Ahora, para fantasía, la de los precios de los productos a la venta con camisetas, vinilos y CDs que oscilaban entre los 10 y 30 euros. Viendo como se las gasta el mercado actual pareció regalado.

Interpol: Amor oscuro

Intérpretes: Paul Banks (voz, guitarra), Daniel Kessler (guitarra), Sam Fogarino (bateria), Brad Truax (bajo), Brandon Curtis (teclados). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 14/02/2023. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

Un Teatro Victoria Eugenia abarrotado despidió su San Valentín vibrando con las canciones de Interpol. Poco les importó que la banda apareciera con media hora de retraso. Los asistentes disfrutaron del impactante viaje al pasado y el precioso presente del combo.

Los estadounidenses aprovecharon el día de estreno de su gira y ensayaron las decenas de temas que viajarán en su maleta. Para Donostia seleccionaron noventa de esos minutos en una lista que contó con unas luces que tantearon las penumbras, buscando el impacto del volumen general y los fogonazos lumínicos.

Los temas antiguos y nuevos fueron bien intercalados. De los añejos destacamos sus tonos vocales secos, el bajo omnipresente y los cortes guitarreros. Con ese tempo calmo y tenso que les lleva a bandas oscuras como Bauhaus y que ayer acercaron a The Strokes o The Pixies en sus minutos vivos. Sus composiciones más recientes, más ricas en composición y detalles, les sirvieron para seguir exhibiendo una tarjeta de visita muy interesante.

Don Inorrez: un lujo cercano

Intérpretes: Imanol Úbeda (guitarra, voz), Rubén Caballero (guitarra), Mikel Irazoki (bajo), Karlos Arancegui (batería). Lugar: Sala Imanol Larzabal (Donostia). Día: 13/01/2023. Asistencia: unas 75 personas.

En estos días donde todo está muy caro y el lujo parece quedar en manos acaudaladas aún quedan momentos cercanos para disfrutar de la belleza intachable. Porque ver, escuchar y disfrutar de Don Inorrez sigue siendo uno de los pequeños grandes placeres que les quedan a los amantes del pop-rock de corte norteamericano. Una de esas veladas que si tienes un instrumento en casa dan ganas de volver a sacarlo del trastero y enchufarlo.

Porque la banda guipuzcoana, con un look digno de una banda de Portland, ofreció un set mayúsculo de obras optimistas con focos tan fascinantes como la atractiva guitarra solista, la flexibilidad del batería o la belleza rítmica de la Fender Telecaster. En ocasiones sonaron cual Ruper Ordorika con varios cafés (‘Dena erdigunera’). Con el descaro de la New Wave (‘Izan liteke’) y cercanos a los postulados soleados de Matthew Sweet, Tom Petty (‘Kristoren gonbidapena’) y The Velvet Underground (‘Barre ala negar’).

Hubo espacio para homenajear a los clásicos (‘Chuck eta Little’), defender el traje cantautor (la nueva ‘Elurra lo’) o jugar de manera más abierta (‘Sastraka’). Atacando momentos casi bailables (‘Garai posmodernoak’) sin olvidar en ningún momento los grandes estribillos (‘Nekropolian’). El resultado fueron 90 minutos de acogedor deleite sonoro.