Intérpretes: Natxo Beltran (batería), Oier Aldekoa (bajo, teclado), Miguel Moyano (guitarra, teclado), Gari (guitarra,voz). Lugar: Intxaurrondo Kultur Etxea (Donostia). Día: 28/01/2021. Asistencia: lleno, unas 120 personas.
Como si fuera un Robyn Hitchcock de las penumbras, Iñaki Igon Garitaonaindia “Gari” (Legazpi, 1963) ha alcanzado un lugar desde donde disfrutar del paisaje. Tras tormentas, viajes y huracanes ha llegado a un sitio calmado y elegante desde el que lanzar esa particular voz que ha ganado calidez con los años.
Despachando a las primeras de cambio la única canción con partes en castellano de la noche (“Yase”), Gari y sus Mandalbera subieron al escenario concentrados. Juntos atacaron las partituras más oscuras de su repertorio. “Denbora” tuvo puntos crudos, “Bidegurutzean” brotó contenida y “Desira” llegó susurrante, demostrando que el cantante se mueve como pez en el agua por esos espacios poco amplificados. “Eguzki berritan gaude” y “Amapola” sonaron preciosas, con ecos de “Americana”. Como la que gastó el autor, de perfecto negro, estilizado hasta el sombrero.“Hil ez denak” trajo la arenisca del desierto y “Bihotz urdin” los acordes más sinuosos.
A partir de “Alferrik dana” la noche comenzó a iluminarse y los rayos de pop se colaron en la lista de canciones con aciertos como la fronteriza “Obsesioa”, “Naizena”, “Estutu” y ese “Kondenatua” que no quieres que acabe nunca. Son gemas brillantes, de grandes estribillos. Una certera energía rock en la que los tonos más agudos de Gari cabalgaron con vitalidad y energía.
La propina fue fenomenal, con un cantante sentado en el borde del tablado tocando la acústica sin amplificar. Un momento habitual y apreciado en el que sonaron canciones de ayer y hoy (“564”, “Gogoratzen naiz” y“Drogak AEKn”, entre otras) para cerrar un evento que dejó un gran sabor de boca.
Publicado en El Diario Vasco