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Mes: abril 2023

Víctor Manuel: 75 años no es nada

Intérpretes: Víctor Manuel (voz) acompañado por una banda de seis músicos. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 23-04-2023. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

Los años pasan para todos. Y los autores que por razones familiares o propias irrumpieron en nuestra discografía para quedarse van presentando números de impacto. Podría ser el caso de Víctor Manuel San José Sánchez (Mieres, 1947). Cantante que ayer se estrenó en el Kursaal donostiarra con “La vida en canciones. Tour 75 aniversario”.

No es su primer dígito de alcance. En el año 2014 celebró el medio siglo entonando con “50 años no es nada”, una gira de dos años y un DVD de recuerdo. Podría llegar al siguiente gran guarismo sin grandes sorpresas. La selección de tonadas contuvo muchos grandes éxitos y otras romanzas que el autor definió como “canciones prehistóricas” y “canciones desgraciadas” (aquellas muy queridas por el letrista pero que no calaron entre sus
seguidores).

En lo musical la noche fue sofisticada, mirando a Francia o Argentina, defendiendo su amor por el folk de su tierra natal (‘Danza de San Juan’). Picando de lo latino, el reggae (‘Ay amor’) y el rock contundente (‘Sube al desván’). Siempre con el pop como bandera y guardando minutaje para piezas ligeramente más acústicas.

Músicas que, iluminadas con una sutil penumbra sobre los miembros de la banda, llegaron llenas de detalles y situadas un paso detrás del foco principal. Un tono narrativo que se permitió fraseados rápidos dignos del rap (‘El hijo del ferroviario’) y que mantiene el característico temple. Solo le podemos achacar, en esos cierres tan altos que realiza, algún paseo puntual por la cuerda floja del tono.

Nada de eso sucedió en las charlas entre temas. Espacio en el que el astur explicó sus orígenes, sus amores y el porqué de algunas composiciones. Habló de la fosa común en la que estaba enterrado su abuelo, del concurso que no le dejaron ganar, de la Donostia de La Perla en la que actuó por vez primera, de la iglesia de aquellos años, del cariño a su hija y del impacto de algunos momentos que, hechos canción, son terribles (‘La madre’, ‘Planta 14’).

Defendiendo la solidaridad y lo propio (‘Alla arriba al Norte’). Imposible no verle similitudes con Rodrigo Cuevas, otro asturiano cada vez más relevante. Las causas pueden haber cambiado pero la defensa de las mismas a través de lo sencillo, lo cercano y la melodía sigue muy vigente. Y que dure. Más aún que los 75 años de Víctor Manuel.

Ara Malikian: Una tarde sonriente y bien agitada

Intérpretes: Ara Malikian (violín), Iván Lewis (piano), Iván Ruiz Machado (bajo), Georvis Pico Milán (batería), Dayan Abad (guitarra). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 16/04/2023. Asistencia: unas 3000 personas sumando los dos pases del día.

La R.A.E. dice que mezclar es “alterar el orden de las cosas”. Ara Malikian tiene claro este juego de elementos en las actuaciones. Empezando por sus canciones, un “mélange” expresivo que llegó acompañado de un cuarteto cubano y que siempre trabajó con elegancia y calidad para el lucimiento del foco principal.

Cierto es que los músicos de acompañamiento tuvieron sus vahídos de jazz y de “tumbao”. Pero el protagonista de la cita fue el habitual cóctel agitado y casi revuelto que, una vez más, tendió a lo espectacular: rápidos rasgados de las cuerdas, punzadas rock, tensiones dramáticas, acordes sofisticados, toques balcánicos, escalas progresivas y arrebatos románticos en un estilo libre en sus estructuras. Unas composiciones que llegaron acompañadas por impactantes juegos de luces. La lista de piezas que acercó en el primero de sus dos pases del domingo ofreció también intachables recreaciones en formato clásico (el preludio Nº 4 de Chopín) y homenajes más explícitos (el ‘Rumble’ de Link Wray popularizado por la película ‘Pulp Fiction’).

También dice la Academia de la Lengua que la mezcla es un “tejido hecho de hilos de diferentes clases y colores”. Quizás se refiera a los ropajes de Malikian, visibles desde la última fila del auditorio donostiarra gracias a su colorido, brillo y agitación.

El inquieto armenio afincado en España se dio una vuelta por los pasillos de la sala, saltó, brincó, hizo un arranque de streaptease, hincó las rodillas y se tiró al suelo. Todo ello sin dejar de zarandear el arco de su instrumento a endiablada velocidad, dejando que su cara completara la expresividad de cada momento.

Y podría el revuelto y revoltoso término inicial referirse a las narraciones del autor entre temas, siempre con un pie en la realidad y tres zancadas en la fantasía. Las variadas fábulas consiguen su deseo: que la gente se ría (el pullazo a la música contemporánea), se divierta (la forma en la que conoció a la banda que le acompaña), atienda a los problemas de las fronteras (‘Alien´s Office’) o recuerde a la gente mayor que murió de COVID en las residencias sin poder despedirse de los suyos (la bella ‘Nana arrugada’). Ara Malikian continúa pirueteando sobre su eje y salteando los ingredientes en una combinación que sigue encandilando al personal.

Yoshida Brothers: Soles modernos

Intérpretes: Ryoichiro Yoshida (tsugaru shamisen), Kenichi Yoshida (tsugaru shamisen), Yuki Tsuchida (percusión). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 11/04/2023. Asistencia: unas 450 personas

Con el Sakura (fiesta de la floración de los cerezos) arrancando en la zona oriental de Japón llegaban a nuestra Donostia los hermanos Yoshida. Par de músicos nipones de tsugaru shamisen, un instrumento que podríamos definir, con estos ojos occidentales, como mezcla de laúd y banjo tocado con una púa en forma de espátula.

Para adentrarnos en la cuestión los intérpretes dedicaron 15 minutos de la velada a explicarnos el origen del shamisen, su nacimiento hace 500 años, el material con el que están hechas sus cuerdas (nailon y seda) y cómo se hizo popular en manos de invidentes que tocaban delante de las casas en busca de dinero y arroz. La parte didáctica se cerró con el arroz de los Yoshida, mostrado en vídeos de sus colaboraciones con bandas de rock, eventos otaku, deportistas de parkour, autoras trap, mangas como “Naruto” y equipos de breakdance.

Los ejemplos dejaron claro que estos autores de irrebatible virtuosismo buscan el lado espectacular de su limitado instrumento. Así, acompañados de un percusionista y bajo títulos que hablan de tormentas y campos de flores, las distintas piezas instrumentales no tuvieron reparos en sonar con pregrabados que evocaban un grupo de rock, momentos arabescos, sensaciones progresivas, aires pop, baterías bailarinas, punteos heavies y duelos blues perpetrados a toda velocidad. Será uno de los conciertos más curiosos del año en la ciudad, pero a veces costaba encontrarle asideros.