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Entrevista completa a Fino Oyonarte

Hace unas semanas tuve la suerte de poder entrevistar a Fino Oyonarte, lo cual salió bien plasmado en El Diario Vasco con motivo de su concierto en Arrasate. Pero siempre es una faena recortar respuestas de este hombre, que en cada oración deja una frase con sentido y profundidad.

Así que ahora recupero la entrevista completa, dado que Oyonarte vuelve a Donostia (2 de noviembre, Dabadaba). Vamos pues con el «writer´s cut»


 

Las críticas que está recibiendo este debut son acordes a su calidad. Intuyo que nada de esto esperaba cuando esbozaba las canciones con la guitarra acústica…

 Pues muchas gracias. Estoy contento con el resultado y contento de haber conseguido hacer lo que llevaba mucho tiempo deseando. Parece que esta teniendo buena acogida – a pesar de ser un disco tan inusual para los tiempos que corren – y eso a nadie le desagrada. Cuando empecé a trabajar las canciones, a componer, a escribir… no pensaba en nada de eso, aunque algún día se me podía pasar por la cabeza cómo serían recibidas, si gustarían o no. Creo que nos pasa en general a todo aquel que hace un trabajo artístico; tienes la incertidumbre de cómo será recibido.

En aquellos momentos tenía la cabeza bastante ocupada con intentar escribir, en encontrar algo que contar que me convenciera. Hay días que las canciones me parecían buenísimas y otros no tanto, pero cuando las grabé sentí que era el disco que quería hacer.

Un disco que nace, o se lanza a plasmarse, después de un buen susto de salud.

Llevaba tiempo queriendo hacer algo diferente pero sí: tras superar un infarto, esa misma noche mientras pensaba en la suerte que había tenido, escribí algunos deseos en un pequeño cuaderno: «quiero vivir y voy a hacer todo lo posible para ponerme bien y voy a escribir canciones para un disco en solitario, voy a hacer lo que de verdad quiero». Era como una deuda pendiente que tenía conmigo mismo y había llegado el momento de llevarlo a cabo. Necesitaba hacer algo propio, encontrar mi voz.

¿El tipo de canciones que salen después de un momento así tienden a ser más íntimas, acústicas o relajadas, con ese aire folk como el que cuenta “Sueños y tormentas”?

 A mi me han salido así, como las describes, pero no creo que tenga que estar relacionado un problema de salud con hacer canciones más o menos acústicas o tranquilas. A otro le puede dar por hacer un disco punk porque es su forma de expresarse y está hasta los cojones de ver que el mundo es una mierda. Fue más la necesidad que tenía de expresarme a mi manera, que el efecto por haber tenido un problema de salud; eso solo fue el detonante.

Sí es verdad que tras el episodio llevaba una vida muy tranquila pero cuando me puse a trabajar; a repasar notas, bocetos, demos y alguna maqueta que tenía grabada no iba buscando algo acústico mas bien algo que me gustara, independientemente de la forma. Prácticamente empecé de cero menos una pequeña demo que tenía grabada con acústica desde hacía un tiempo y al tocarla con el piano se convirtió en «Estos años», que es la canción menos acústica del disco. 

 Quizás a los oyentes nos haga falta esa calma que pide usted para escuchar su debut, esa calma para disfrutar de las canciones. ¿Tenía claro que debía ser un disco breve?

 Antes no paraba. Ahora he descubierto que es necesario y estimulante parar, respirar, meditar, y no pensar en nada. A veces nos creemos que nuestro mundo no gira si nos paramos. Todo va a tanta velocidad que casi no nos da tiempo a disfrutar de momentos tranquilos por ejemplo escuchando un disco.

Este disco necesita esa atención. Esta claro que no es un disco festivo, para saltar, pero si contiene reflexiones, imágenes y paisajes sobre la vida en estos tiempos que vivimos con un tono más reposado. Y si, quería que fuera un disco que no pasara de 40 minutos, como los álbumes de finales de los 60 y principio de los 70.

 Su debut es vital, evocador, íntimo. Autobiográfico en las letras y emocionante en el sentir. “el diario de una etapa”, dice su nota promocional. Tan personal que hasta contiene el sonido de una ecografía que le realizaron.

 Es un disco que contiene imágenes de mi pasado; por ejemplo «Afortunado», entre otras cosas, habla de cuando llegué a la gran ciudad, en mi caso a Madrid, pero hay gente que me ha dicho que le recordaba cuando ellos llegaron a una gran ciudad o cambiaron de vida.

Creo que no es un disco totalmente autobiográfico, pero sí personal. Cuando empecé a trabajar canciones nuevas estaba muy bloqueado y empecé a escribir un diario, todas las mañanas, nada más levantarme. Todo lo que iba escribiendo fue impregnando las letras de las canciones y fue cuando me di cuenta que me estaba expresando de una manera muy autobiográfica. Al principio sentí pudor, pero poco a poco fui aceptando que era mi forma de escribir la que estaba dando contenido a esas canciones y melodías. Conseguí expresarme de una manera muy personal y encontré al Fino que estaba escondido.

Efectivamente, el ritmo que hay en «Cien pasos» en forma de loop esta extraído del audio de una ecografía de mi corazón. No sabía que ese tipo de pruebas tenían sonido y fue una sorpresa. Fue muy gracioso porque el médico estuvo intentando extraer el audio del ordenador sin conseguirlo y la consulta en ese momento se convirtió por un instante en un estudio de grabación con varias enfermeras como asistentes. Como no pudieron extraer el archivo de audio me hizo de nuevo la ecografía y lo grabé con el móvil: una simpática anécdota. Mis disculpas al médico por no incluirle en los créditos.

 Después de haber producido discos de Los Planetas; Lagartija Nick o Niños Mutantes ¿ha costado mucho delegar en Cesar Verdú? ¿Qué buscaba en esos oídos ajenos? ¿un plus de confianza?¿Ideas que pudieran mejorar las canciones?

 En César Verdú encontré a la persona de confianza que necesitaba. Buscaba que sacara el mayor partido de mi interpretación y un buen sonido natural, no artificial ni sobre producido. Lo tuve claro desde el primer momento. Nos conocemos desde hace muchos años. Tocó la batería en Bajo la influencia de Clovis. Es un técnico de sonido excelente, gran batería y un productor no intrusivo – en el sentido que respeta muchísimo la canción y te indica por dónde cojea. Ha sido una labor en equipo desde el primer momento. Tiene una sensibilidad especial para este tipo de canciones acústicas.

Sentí la grabación como un ritual, eso es algo que siempre me ha gustado. Además, hacerlo en un estudio bueno, con sus previos y micrófonos de válvulas, era algo que tenía claro aunque hubo gente que me dijo que me lo grabara en casa, que no merecía la pena invertir en un buen estudio, que después la gente no lo aprecia. Pues tengo que decir que me siento muy orgulloso de haberlo hecho así, y claro que hay gente que lo aprecia. Fueron seis días de grabación intensos y divertidos junto a César. 

Tengo que decir, además, que gracias a su insistencia conseguimos que hubiera arreglos de cuerda en mi disco. Yo los tenía en la cabeza, pero no dábamos con la persona adecuada y cuando ya casi había descartado la idea, César se encontró con Daniel Lorca (bajista de Nada Surf y gran amigo) en uno de esos camerinos del rock, le habló del asunto y Daniel nos ayudó. Nos puso en contacto con Phil Peterson y ya nos pusimos a trabajar los cuatro. Es una suerte que estos amigos me ayudasen a conseguir lo que quería, y que un pequeño sueño se hiciera realidad. 

 Es la primera vez que es la cara más visible de un proyecto.

 Mi vida ha sido fundamentalmente grabar discos y tocar en directo, mas algunas producciones y un pequeño proyecto editorial. Este es mi primer álbum en solitario y estoy deseando tocarlo en directo. Soy una persona apasionada y cabezota. Me dedico a la música en cuerpo y alma desde que vine a Madrid en 1986, a tocar con Glutamato Yeyé, y no sé o no quiero de momento hacer otras cosas. Es lo que deseaba y ahora toca ofrecerlo en directo y seguir viviendo de esto día a día. Ya lo digo en «Afortunado» (Yo sigo girando, No hay nada que me lo impida. / He llegado hasta aquí… quién te lo iba a contar. / Y así voy a seguir hasta el final.)

 Si me permite, hay cosas que pueden acercarle a algunos autores donostiarras: Rafael Berrio puede viajar en “Huellas En El tiempo”, y La Buena Vida – con algunos de sus miembros mantiene una buena amistad- bien puede sobrevolar algunas orquestas de su disco.

 Soy seguidor de Rafael Berrio, me gustan mucho sus canciones. «Simulacro» es una de las mejores canciones que se han escrito en los últimos tiempos. Me identifico mucho con lo que cuenta. Para mí es un referente y me parece un letrista excelente, dentro de tanta mediocridad y tontería que hay. Suelo tener a mano su libro de letras «Golpes de fortuna y tiros de gracia», junto a «Atraviesa el fuego» de Lou Reed, además de relatos de Raymond Carver. ¡Incluso me descubrió a E. M. Cioran! Pero tengo que decir que cuando escribí «Huellas en el tiempo», que está basada en imágenes del pasado de mis padres, no tenía presente la canción «Este álbum» de Rafa, que puede tener una temática parecida. Yo, de momento, sí soy capaz de tocarla en directo.

En cuanto a La Buena Vida, siempre ha sido uno de mis grupos favoritos; me he emocionado mucho en sus directos, incluso en alguna ocasión Clovis hicimos una versión acústica de «Mirando atrás». La primera vez que toqué las canciones que ahora forman Sueños y Tormentas a alguien – aparte de a Cristina Plaza o a César Verdú – fue a Javier Sánchez y a Iratzu Valencia, en el salón de su casa, un fin de semana que pasamos en Donostia, justo antes de entrar a grabar. Les gustaron y me animaron con esta aventura.

Me siento muy identificado con la manera de escribir de Javier Sánchez, sus sencillos destellos, con luces y sombras del paso de la vida… me parece tan natural y poético, que se pueden leer sus letras incluso sin escuchar la música. Es así: Rafael Berrio y Javier Sánchez son dos de mis letristas favoritos.

Lo de la orquesta… pues es verdad que no hay muchos discos en este país que contengan arreglos de cuerda, así que me lo tomo como un piropo. Pero sinceramente, cuando estaba grabando las maquetas y trataba de adornar las canciones, vi que no aceptaban bien cualquier tipo de arreglo o de instrumentos, ni batería ni bajo… Solo me venían a la cabeza algunas melodías de cuerda y es lo que al final ha funcionado. Siempre me han gustado discos donde hay arreglos orquestales como Chelsea Girls de Nico, Five Leaves Left de Nick Drake, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band  de los Beatles, Songs of Leonard Cohen, y también Hallelujah! de La Buena Vida.

 O el ambiente Nick Drake del rasgado de la canción “Sueños y tormentas”. Sin olvidar ese Elliott Smith que le puede acompañar en el trasfondo de “La Deriva” o los coros de “Casualidad”

 He escuchado mucho a Nick Drake en el pasado y últimamente lo he recuperado. Sus canciones me han acompañado en los últimos años, junto a Elliott Smith que llegó hace muchos años a mi corazón para quedarse. Todo eso tiene que salir por algún lado. Sus canciones me han ayudado y acompañado en ciertos momentos vitales de mi vida y me han inspirado para hacer nuevas canciones.

A mí me atrae ese tipo de melancolía, me hace sentir emociones como una canción de los Stooges me hace vibrar o una canción de The Velvet Underground me hace sentir vivo y me anima a seguir haciendo música. He aprendido acordes nuevos sacando algunas canciones de Elliott Smith, algunos complicados arpegios y ritmos de canciones de Nick Drake. Quizá donde más presente esté es en «Casualidad», donde hay una mezcla de los dos con la intro muy en la línea de la «Introducción» de Bryter Layter, y después le da la mano a Elliott Smith con ese rasgueo inspirado en la versión acústica de «Son of Sam». Todos cogemos de aquí y de allá para hacer cosas nuevas y para mi estas dos figuras han sido una gratificante fuente de inspiración.

¿Cree usted que en España penalizamos a los autores que muestran sus influencias o gustos de una manera más o menos clara?

 Yo no tengo ningún reparo en mostrar mis influencias. Todos estamos influidos por la música que escuchamos, por lo que nos gusta. Por ejemplo, de siempre me he sentido muy atraído por The Velvet Underground y por otros grupos que bebieron de ellos como The Feelies, Luna, Yo la Tengo…aunque ahora en mis canciones no se note tanto.

Otra cosa es que copies descaradamente o parezcas una fotocopia de algo que ya existe y que tu personalidad se diluya. Los Rolling Stones seguramente no hubieran aprendido a tocar rock and roll si no hubieran escuchado a Muddy Waters o a Chuck Berry.

Estoy de acuerdo con Elvis Costello cuando dice que a veces tratas de copiar algo, y al no llegar ni de lejos al modelo, terminas creando algo completamente personal. Lo que me parece penoso es que actualmente se editen tantos discos que tienen el mismo tipo de producción. Es cierto que tenemos más herramientas de grabación y que casi todo el mundo suena bien, pero no cabe duda que falta personalidad… o yo la encuentro en muy poca gente.

Lleva más de 30 años en el mundo musical: Glutamato Ye-Yé, Los Enemigos , Clovis o Los Eterno. ¿Cómo ve el negocio ahora? 

Siempre ha estado complicado este negocio. Muchos de mis amigos músicos tienen otros trabajos y no pueden dedicarse plenamente a la música. La industria musical ha estado muy mal gestionada y ha habido muchos intereses que nada tienen que ver con el músico y su desarrollo artístico.

La SGAE es una vergüenza al servicio de los que más ganan, no representa a la mayoría de los compositores y escritores que forman la base cultural de este país, y para colmo, aunque se está intentando crear el estatuto del artista para esta legislatura, antes de llevarla a cabo se está gestionando bastante mal la fiscalidad. No todos los músicos pueden darse de alta en la seguridad social por conciertos donde casi ni se cobra y están empezando a exigirlo. Ahora el músico tiene que invertir en su trabajo.

La autoedición es muy romántica, pero conlleva los gastos de toda la producción y mucho trabajo que nada tiene que ver con el artístico. Además tienes que rodearte de un buen equipo de colaboradores o amigos que crean en tu proyecto y te ayuden. Si no, estás perdido – yo, por lo menos. Creo que la revolución digital esta siendo fundamental en nuestro día a día. Ahora tenemos un montón de herramientas para grabar, editar, publicar, promocionar…pero también hay muchos más grupos. Antes se podían editar 5 o 10 discos a la semana, ahora pueden ser 100 mínimo. No da tiempo a asimilarlo y no se si hay espacio para todos.

Para los grupos que empiezan está muy difícil y más desarrollar una carrera aunque haya excepciones. Algunos saltan muy rápido del anonimato a tener muchos seguidores por las redes y prácticamente no se curten en directo en salas y van directamente a los festivales. Los que llevamos tiempo en esto también lo tenemos complicado, dependes de no perder la ilusión, de mantener un número de seguidores y poder llegar a un público nuevo. En fin; ya sabíamos que no era un camino de rosas.

Hay muchos conciertos y festivales, pero van los mismos grupos y falta apoyo para los grupos de aquí. Las salas ya casi ni pagan, de hecho muchas te cobran por tocar. Te puedo asegurar que el 90% de los conciertos de esta gira son a entrada. Es el riesgo que debo correr si quiero tocar en directo.

 Pregunta trasladada a su propia creatividad, dado que se ha lanzado a publicar este “Sueños y tormentas” bajo su propio sello “Buenaventura”, otro guiño a la buena suerte…

 Si, es posible. Cruzo los dedos para que todo me vaya bien (jajaja). Pero no lo dejo todo a la buena suerte aunque en «Cien pasos» agradezco haberla tenido aquel día fatal. Si vuelve a llegar será bien venida. Sé que todo lo que he conseguido ha sido a base de trabajo y cabezonería, así que no hay que perder la ilusión.

Ya había auto editado algunos discos con Los Enemigos y Clovis, y fue una experiencia gratificante pero, como dije antes, conlleva mucho trabajo extra. Estuve a punto de mover el disco para que lo publicara otro sello, pero en el último momento, lo descarté. No me apetecía pasear el disco por sellos, esperar…así que decidí auto editarme de nuevo. Yo me lo guiso, yo me lo como; tanto lo bueno como lo malo. Tenía claro que nadie iba a cuidar el disco tanto como yo mismo.

El nombre lo saqué leyendo «Un artista adolescente» de Jame Joyce. Simplemente la palabra me pareció bonita y muy idónea para el momento que estaba viviendo. www.buenaventurarecords.com

 No es su primera aventura de, como dicen ahora, emprendizaje. Lanzó en su día la editorial “Libros de Ruido”, de marcado carácter musical. ¿Qué tal fue la experiencia?

 La aventura de hacer cosas realidad es una patología personal. Llamémosle sueños, deseos e ilusiones que me hacen sentir vivo. Esos sueños son para mí un motor, es una idea que sobrevuela este disco. A veces pienso que tengo que tener cuidado con esos sueños que me propongo, el hacerlos realidad puede acarrear un dolor que no esperaba.

 Libros de Ruido fue otro de esos sueños. Del mundo discográfico conocía todo el proceso, pero sobre el sector editorial no tenía ni idea. Aprendí mucho y fue una experiencia muy gratificante publicar Postales negras de Dean Wareham, Wouldn´t It be nice. Brian Wilson y la creación de Pet Sounds de Charles L. Granata y Big Day Coming. Yo La Tengo y el auge del indie rock de Jesse Jarnow. Tres referencias que me parecían muy interesantes para publicarlas en castellano por la sequía editorial que había sobre esta temática.

Lamentablemente me quedé sin financiación para los siguientes títulos y la editorial esta parada. Quizá en el futuro la retome, pero de momento no puedo tener varios frentes abiertos como antes. Ahora toca ofrecer en directo Sueños y tormentas y seguir haciendo canciones, a la vez que mantener mi labor en Los Enemigos.

 ¿es el formato trío, usted mas dos cuerdas, el idóneo para poder pasear este nuevo proyecto, esta nueva marca?¿O se lanzará después a girar a banda completa con batería y bajo, en esas “presentaciones oficiales” que usted dice?

 Nunca antes había tocado con músicos de cuerda. Me parece muy interesante, nuevo y estimulante el poder ofrecerlo así. Las canciones mantienen su esencia con la guitarra acústica y voz, y la cuerda aporta riqueza melódica. Me acompañan Ana Galletero al violín y Elsa Matéu al violonchelo. Sinceramente, ya me gustaría poder ofrecerlo con esta formación e incluso con banda en todos los conciertos, pero solo me puedo permitir hacerlo en algunos.

Este domingo en Arrasate será con esta formación de trío, pero en otros será solo con la acústica, y con la banda solo en la presentación en Madrid. Esta primera fase de la gira será así. En el futuro me gustaría ofrecerlo siempre con banda, trío, e incluso en alguna ocasión con una orquesta sinfónica. Es una locura, pero me encantaría.

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