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Mes: marzo 2018

Radio Days: pop radiante

Intérpretes:Dario Persi (guitarra, voz), Mattia Baretta (bajo), Paco Orsi (batería). Lugar: sala Dabadaba (Donostia). Día: 19 de marzo. Asistencia: unas 50 personas

Pocas cosas se me ocurren más alegres que un concierto de power pop un lunes, día de bajas energías. Ayer los italianos Radio Days confirmaron mi teoría ofreciendo un concierto que aunó melodías, guitarrazos y diversión.

Con un batería gracioso hasta para vender merchandising y unos efectos visuales baratos y efectivos (no olvidamos la rueda de la fortuna con la que el público eligió las versiones o las caretas de animales en los bises), sus temas sonaron garajeros y poperos. Hubo recuerdos a The Undertones, los Beatles más enérgicos y la música “Bubblegum” ¿Y su lunes, qué tal fue, queridos lectores? Más apagado, imagino. Pues para la próxima ya saben…

Nudozurdo: atractiva oscuridad

Intérpretes: The Secret Society, Nudozurdo. Lugar: sala Dabadaba (Donostia). Día: 17 de marzo. Asistencia: lleno, unas 150 personas

En otro fin de semana con numerosas actividades en la programación la sala Dabadaba volvió a llenarse de fans de los sonidos oscuros. La banda madrileña Nudozurdo llegaba a nuestra capital para presentar “Voyeur amateur”, su retorno a los guitarrazos tras un disco lleno de sintetizadores.

A la cita les acompañaron The Secret Society. Los de Pepo Márquez (Majestad, Grande-Marlaska) sufrió los rigores de los horarios. A la hora teórica del inicio de su evento aún andaban probando sonido, lo cual limitó su actuación en un par de temas. De su set de melodías nos quedamos con el acercamiento guitarrero a los cantares de McEnroe (“Ya solo quedan las marcas”), los momentos intensos (“Aquellos que lo quieren todo no merecen nada”) y sus pasajes de pop de barrio (“La distancia más corta entre dos puntos es el miedo”). Del momento reggae mejor nos olvidamos…

Pero tocar con Nudozurdo es un problema, porque cuando Leo Mateos – guitarra y voz- sale a escena todo lo anterior se torna pequeño y olvidadizo. No solo por la altura del muchacho, quien puede cambiar las bombillas del techo sin ponerse de puntillas. Hablamos de sus músicas y sus letras. Oscuras y atractivas, abiertas y contundentes. Hipnóticas, a fin de cuentas.

Y a la hora de ponerle pegatinas a este trío para que ustedes sepan dónde colocarlos deberíamos mencionar a los The Cure iniciales, a Ian Curtis y su magnetismo o a los grupos más angustiados de La Movida. Todo ello sin afán copista y con unas guitarras amplias y pulcras, bien sazonadas de tensión (“Ha sido tan divertido”) y épica (“Vigila tu espalda…”) en bellos crescendos (“Hijo de Dios”), rabias contenidas (“Prometo hacerte daño”) o calmas acústicas (“Mensajes muertos”).

Los noventa minutos de actuación conformaron a Nudozurdo como una formación única. Puede que la densidad de sus acordes o la oscuridad de sus fonemas no les ayude en su salto al estrellato. Pero pocos podrán negar que su atractivo creativo es muy superior al de la media.

Modelo de Respuesta Polar, Gari: genial doblete

Intérpretes: Modelo de Respuesta Polar, Gari. Lugar: Sala Dabadaba (Donostia). Día: 9 de marzo. Asistencia: lleno, unas 150 personas.

Fantásticos conciertos los del pasado viernes en la sala Dabadaba donostiarra. Abrieron fuego a todo lujo, con dos guitarristas de apoyo, los chicos levantinos de Modelo de Respuesta Polar. Una banda de indie-rock festivalero que supera a muchas de las famosas del ramo por diversidad, elegancia y letras: unen las enseñanzas de Los Bravos, Nacho Vegas, War On Drugs o La Habitación Roja en aparente arte de birlibirloque.

Tras ellos llegó Gari acompañado de un teclista que también tocaba la batería, disparaba bases o cantaba. Juntos repasaron, con esa fantástica voz que aún maneja el de Legazpia, un repertorio famoso (“Esperantzara kondenatuta”, “Zaharra zara Bilbo”) al que incorporó creaciones más actuales (“Egunonmundo”, “Naizena”, “Berlín”).

Su set de piano-bar fue estupendo, con un autor juguetón a la hora de experimentar y reconstruir sus composiciones. Ahí queda el toque drum&bass de “Estutu” para demostrarlo. La feliz función acabó con el cantante perdiéndose entre el público para interpretar tres canciones desenchufadas (siendo “564” una de ellas) y un aplauso que satisfizo a este autor radiante, en eterno renacimiento.