Laetitia Sadier: (mucho) arte y (aún más) ensayo

Foto de Juan G Andrés del concierto de Laetitia Sadier celebrado en Dabadaba
Foto de Juan G Andrés del concierto de Laetitia Sadier celebrado en Dabadaba

Mucho mejor que la visita de Stereolab”. La frase era un clamor entre las paredes de la sala, se murmuraba en las esquinas a las que le cantó Ibon, brotaba entre la espuma de la cerveza y el hielo del Kas, se escuchaba en la larga cola final para comprar el disco a 25 euros. Ese “cool Daba” -que nos regaló Laetitia Sadier casi al final de su concierto del pasado miércoles- disfrutó de una cita grande en lo artístico, reivindicativo y emocional.

Más sofisticado que tomar el thé levantando el meñique”. A veces se recurre a tópicos casi burlescos cuando no sabes explicar una maravilla. Atrapados como estábamos en esa lista de piezas opioide, que empieza con chutazos – es un decir- para ir entrando en el placer calmado y acabar paseando por el lago plenamente consciente del subidón emocional, en el relax final. Un ‘Stendhalazo’ cuqui de belleza total.

Cuando una forma de ver el mundo desaparece debemos apostar y luchar por la siguiente”, decía la autora. Aquí no hemos venido a rimar “noche” y “coche”. Hablamos de empoderarnos entre coros gospel callejeros y ambientes 70s. De tormentas expresionistas que nos dirigen a Sean O Hagan. Nadie como ella, ellos, para correr sobre piezas de Tente y seguir sonriendo, mirando al futuro negro con optimismo y amor propio. Y todo de forma fluida. Casi natural en su extrañeza. Cotidiano en su belleza.

Es gente que comenzó a ensayar en garajes, tío”, comentó Asier Martín. Por eso ve a clones como Beach House y le da igual su baño de estadios. Aquí estamos para lanzar un mensaje. Sobre músicas pop sincopadas, recortadas y montadas con (mucho) arte y (aún más) ensayo. Venimos a perdernos en el espacio con mensajes reivindicativos. Tocados con la zurda sin ser zurda, solo girando la guitarra.

Ya hemos hecho giras rentistas y aún le rendimos honores mejorados, que para algo somos ingrediente principal. Pero nosotras cerramos la hora y cuarto de concierto con un bis que pinta un tema folk digno de Nick Drake si este fuera un parisino refinado, digno y parte de la mesa de ‘Apostrophes’. Un caprichazo, como decía y repetía Julen al finalizar.

Es encantadora”, escribía Iban Zaldua en Twitter. Y ya saben lo amplio, ancho y alto que mira Iban cuando escribe. Seguro que apuntó

Gozando de lo escuchado, felices en la vuelta a casa, difundiendo la palabra. Como ahora en este blog.