Andar por andar es un placer

Como firme defensor del paseo sin más motivo – ayuda no tener carnet de coche-, he disfrutado un montón del libro de Adriana Herreros “Andar por andar”

La obra breve y que aprovecha hasta las esquinas del cuadernillo es una gozada, y transmite la calma necesaria para darse cuenta de las ventajas de ese acto tan humano – ahí están las huellas de “homo paseantus” para demostrarlo-.

Y como no tengo la claridad ni la calma que muestra la autora ni el fondo de armario de sus variados y sencillos ejemplos, pues copio el estilo de uno de sus capítulos – ya lo tenía pensado hacer a fogonazos, me hizo gracia verlo igual en el libro- para soltar toda la buena energía que me ha dejado como poso.

Además, me gusta mucho la idea de una obra que genera otras pulsiones creativas, algunas tan mundanas como dedicarle un rato a escribir en un blog. Vamos a ello

  • “Andar por Andar” puede ser tomado como un entrante, un atlas, un diario ordenado paso a paso de todas las ventajas que tiene el caminar. Y despierta el hambre. Por eso, mientras lo leía, he ido a la biblioteca pública a por una cosa
  • Un libro que te hace deambular por tu cabeza y acordarte del mejor observador urbano del siglo XXI, de los caminos de «O gemer«,…
  • «Andar por andar» cuenta con una gran variedad de ejemplos explicados de forma sencilla, y demuestra que eso de vagar por el mundo es tan antiguo como rico y necesario
  • La autora da datos, sin epatar, pero jugosos y necesarios. Habla de obras, libros, estudios, comics, películas. Con ejemplos que es imposible no defender – salvo que seas un malote de twitter-
  • Como imposible es no defender al dadaismo, como se ve en esta publicación. (Emoticono de corazón rojo gordete)
  • El libro va de lo antiguo a lo moderno, de lo artístico al vagabundeo, de lo extranjero a lo local, y de lo femenino a lo nostálgico. Todo bien ordenado, pero no en ese orden.
  • Pasear sin norte siempre ha sido bastante acomodado, como se denotan en los ejemplos dispuestos. No pasa nada, pero lo es o lo era. La gente con urgencias vitales reales quizás no tenga tanto tiempo, pero este libro es para enseñarle que sí se puede. Que no hay que hacer caso de ese maldito cuentapasos que todos nos pusimos en el móvil durante la pandemia. Caminar es otra cosa, no es competitiva ni urgente.
  • Y es gratuita. Dime más cosas que sean gratuitas en este mundo que vivimos.
  • “Andar por andar” es un libro anticapitalista y anticonsumista. Sin más proclama que dedicarse sin prisa a uno mismo. Disfrutar del paisaje sin pensar siempre en sacar fotos. Aparcar el móvil. De ordenar tus ideas en solitario o – aquí difiero de Herreros- en compañía. De entregarse ese ratito. De ver el mundo que te rodea.
  • Sobre este punto he tenido mi propia pelea. Pasear para conocer el pulso de tu calle es tan aconsejable como necesario. Pero en la foto que yo iba sacando todo estaba lleno de gente extranjera de paso, turistas. Gente que no es pero es un momento. El grano de la foto.
  • Vagar, vagabundear, deambular… Odio cuando el turbocapitalismo productivo ha denigrado esos bellos y sanos verbos.
  • Creo que ser paseante te hace mejor persona, lejos de las urgencias consumistas y los airbags de tu volante.
  • Siempre me ha hecho gracia la pasión que ponen los conductores en sus mierdas, cuando al coche llegan andando y se van igual.
  • La sociedad mejora cuantas más aceras tiene, cuantos más espacios para estar absorto presenta. EEUU es el ejemplo negativo que confirma la regla.
  • He intentado leer este libro en las calles de Donostia y ha sido imposible. Muchísimo ruido por todas partes, sobre todo de coches y obras. Lo cual, aparte de ser una molestia morrocotuda, te confirma que es necesario defender al paseante y sus necesidades.
  • “Andar por andar” es una obra muy bonita que nos recuerda que somos andarines, siempre lo hemos sido y debemos seguir siéndolo. Ojalá poder ordenar todas las ideas y buscar acercarlas al tino y buen hacer de la autora, pero ando con prisa

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