Barajas, pero las cartas están marcadas

Mi primer recuerdo de la catástrofe de la T-2 (como bien puntualiza Malaprensa) será una serie de sms recibidos por una de mis compañeras de mesa en un restaurante de Girona, suscrita a un servicio de noticias. Recuerdo haberlo tomado de manera trágica, pero liviana. Sólo cuando mis sospechas se fueron confirmando y el número se disparó, tras ver algunas imágenes en la tele de aquel bar terrazero, me sentí angustiado.

Ya de noche, y con la ingesta de varias macetas de roncola, de vuelta a eso que algunos osados llamaban masía y que era una estancia en un museo rural del siglo XIX con todas sus consecuencias sobre mis riñones, me salió fuego por los ojos y no fue porque tosiera y me fuera del revés ninguno de los tragos pretéritos. Varios tertulianos analizaban el accidente de manera tan grosera que me regurgitó el alma.

Pasados los antecedentes, el diario del día siguiente (en vacaciones suelo tragar poco papel manchado) era de compra obligada. Yo me hice con El País, y las lágrimas casi salen de mis ojos en aquella playa abarrotada. Un buen trabajo el suyo, educado,  con cierta tendencia a la emoción. Algo entendible en aquella situación.

Lo que entendí algo menos era la crítica editorial a la ausencia de imágenes. En un texto en el que se destacaba que los aviones se caen poco, pero cuando lo hacen es a peso en cuestiones de siniestrabilidad, los jefes reprochaban la imposibilidad informativa, centrando esta en la ausencia de imaginería fija o en movimiento.

Yo no estoy para nada de acuerdo. Sin escudarme en la manida intimidad de los familiares, no aporta nada positivo al mensaje la publicación de imágenes de cuerpos mutilados o afectados por un desastre. Ni aquí, ni en Irak. Por una imagen de una masacre en un mercado público ningún país ha decidido salir de un territorio que no es el suyo.

Como dice Mi Mesa Cojea, “Las agendas de los medios se conforman por una regla que cruza dos variables: número de víctimas y proximidad de éstas. 10 víctimas en Barcelona es más noticia que 20 que en Luxemburgo. Una inmensa tragedia en Madrid implica, evidentemente, una programación especial de, como mínimo, un día entero y parte del siguiente. Para llenar todo eso se necesita mucho contenido que, en realidad, no existe. Un pariente que no sabe adónde ir porque nadie le informa vale un punto. Las declaraciones de un bombero diciendo con la voz rota que nunca ha visto nada tan espantoso, dos. Una madre llorando, tirada en el suelo, es un triple desde medio campo. Y unos buenos recursos del avión rodeado de cadáveres es la utopía de la libertad de información, el Nirvana catódico”. Como muestra, y sin abandonar el tema, el par de aviones que han caído en días posteriores. En otros países, claro. Escolar afirma acertado que “Repaso hoy las páginas de los diarios y no encuentro en ninguna de ellas ni la mitad de la mitad de sangre de la que sale un día normalito en la sección de información internacional de cualquier diario.”

Las inmediatas audiencia de televisión han demostrado que ese día de la T-2 consumió mucho para ser un soleado atardecer de Agosto. Sofres acabará diciendo lo mismo.

Siempre hay razones que lo justifiquen todo. Hasta donde llegue el amor por las mismas queda en mano de cada uno. Jukebox, que a veces es más feliciano de lo que parece, da otra posible explicación que hará las delicias del Pasando en Directo y España Está: “También se silencia que bomberos, médicos, psicólogos, camilleros, conductores de ambulancia, pilotos, trabajadores del aeropuerto, veteranos de mil catástrofes y familiares de víctimas -en el caso de estos últimos, una y otra vez-, han buscado con fruición esas ‘alcachofas’. No por afición, sino por necesidad: a veces para desahogarse, otras para dar su versión, en ocasiones, para matizar, en otras para corregir, y muchas veces, en busca de ese dato que no han querido o podido facilitar -tanto da- otras fuentes”.

El problema ha sido volcar nuestra vida diaria en la imagen. Consumo televisivo. Comprar por los ojos. También en este caso. Y así, hasta los medios más serios se sienten atados de manos por la decisión de un juez que no dudan en detallar de irresponsable por el secuestro de fotos. Y cuando salen las fotos, las caras deben ser de dolor extremo, de gritos al micro, de petición de justicia ciega pero inmediata.

Se equivoca Público al afirmar que “Sabemos que la prensa pasa por la peor época, ser periodista es dedicarse a un empleo más que precario, los becarios mal pagados son más rentables que los profesionales con experiencia, y en el caso de quienes trabajan para la televisión, la información dejó de ser un derecho ciudadano para ser la búsqueda de la noticia que venda, a cualquier precio, pues los índices de audiencia marcan y determinan la ética. Era nauseabundo ver a jóvenes mal pagados y peor formados que, micrófono en mano, se precipitaban sobre personas sufrientes que se acercaban al aeropuerto a saber del hijo, la madre, los nietos”. Dentro del ciclo de consumo, es lo que hay que hacer hasta que alguien dicte unas normas que no tardarán en saltarse.

Juan Varela desarrolla esa idea, barriendo también hacia la TV dejando la prensa aún por encerar,  que “todos los periodistas deberían saber y ser conscientes de dónde está el límite entre la información relevante, incluso para provocar la reflexión del público, y el sensacionalismo. No se evita sólo con la ausencia de vídeos y fotografías. El sensacionalismo está en las horas de programación sin nada que contar, en la redundancia de las preguntas a los deudos de los muertos y heridos más allá del retrato indispensable de los efectos de la tragedia”. Retrato indispensable. Para unos debe ser rococó, para otros lo naif ya es porno. ¿Quien marca las directrices de cada retrato, sabiendo que la sangre vende más en portada que en interiores?¿Elegirán los lectores la educación emocional de un medio frente a los sangrantes retratos del otro?

A las decenas de preguntas que El mentado Escolar se hace en abierto, dentro de su bien titulado «La frontera entre información y sensacionalismo«, (“¿Cuál es la solución? ¿Debemos ignorar los diarios cualquier imagen, por poco escabrosa que sea, en la que se vea un herido? ¿Cualquier imagen que pueda recordar la magnitud de la tragedia? ¿Cualquier imagen que duela? ¿Cualquier detalle que duela? ¿Podemos informar los periodistas del dolor, por supuesto con respeto a la intimidad y a a la dignidad de las víctimas, o es mejor hacer como que no existe, como que no ha pasado?”), habría que añadir una: ¿Hay que seguir informando aun cuando no haya información relevante?, ¿Dónde quedará la dignidad en ese chorro sin fin que es “la necesidad informativa”?¿Cuándo acaba la necesidad informativa?

Fruto de ello, la noticia se estira girando sobre una peonza, tal y como pude comprobar en El País de ayer. Una doble página que recopilaba frases y notas destacadas de días anteriores. Nada nuevo. Doble página. A faltas de informes, opiniones de políticos que pasaban por allí. portavoces continuamente apaleados o pilotos en activo con los galones bien marcados. Lastima de fotos…

7 comentarios en «Barajas, pero las cartas están marcadas»

  1. Doble página ¡¡¡con llamada en primera!!!
    Lo de las imágenes: ¿Hasta qué punto era obscena la foto de la niña vietnamita Kim, corriendo desnuda con la piel hecha jirones por efecto del napalm? ¿Hasta qué punto modificó el ‘estado de ánimo’ de EE UU respecto de esa guerra?

  2. Pienso que el paso del tiempo edulcora las durezas de la actualidad. Si bien en aquella época las imágenes eran explícitas sobre los bombardeos y existía una corriente social que a día de hoy es una quimera….

  3. Estoy llevando mal estos días la actualidad, no se… me da vértigo y vergüenza poner la poca televisión que veo, y leer los pocos periódicos que leo, lo de las imágenes?, quien cree que va a poder entender mejor la tragedia desde el sofá de su casa con una birra en la mano viendo el pase de cuerpos mutilados, calcinados, cuerpos que no son cuerpos…
    Po otra parte, quien va a entender mejor la dimensión de la masacre porque familiares entrando en directo a programas CARROÑEROS, nos cuenten los detalles de las heridas de su familiar ( no lo entiendo), y media hora después en el mismo programa las tetas de la Esteban o su p_ta madre!

    No se… me quedo flipado una noticia que leí acerca de el accidente de avión relacionándolo con el 11M, y es que los servicios de emergencia de madrid ( en el 11M) vendían las fotos de la masacre que sacaron con sus mv a agencias que les pagaban un pastón.

    No sé si esto es como la pescadilla que se muerde la cola:nos ponen las fotos y las vemos, o porque queremos las fotos nos las ponen, y si después la grabación de la caja negra justo cuando dicen dios!!nos vamos a matar, mejor que mejor!!

    En este p_to pais(y en alguno más) el morbo es deporte nacional, y remover en sentimientos de dolor tb, ahora todos los periódicos saben que los aviones no estaban bien, que se les ponían tiritas en las fisuras de la bodega, que los pilotos estaban coaccionados,etc etc. etc. QUE LISTOS!!!!Nos podían haber informado antes, o mejor no… ojos que no ven…

  4. Lo que cuentas de las fotos se ha repetido ahora….Denigrante. El vender y el comprar.

    Lo de la caja nos vamos a ahorrar, por no se qué de clausula de confidencialidad….Sí, a eso le toca, y a aquello otro no. ¿Por qué? a saber. ¿Mejor no saberlo? Sin duda. Y siempre mejor saber la información tipo «El piloto indica que el indicador noseque» que escuchar el audio de «mecaguen lamadre del invento que nos fostiamos pacooooooooo».

    Lo de los pilotos es muy peligroso. Tienes el poder y tal pascual. Sale la Menestra diciendo que tiene el poder para decidir, que si lo ve mal no sale… Pero a ver quien es el guapo comandante que por seguridad deja un avión en tierra en agosto. Ya puede ir mirando empresas de fumigación para ir echando CV.

  5. En esos días me puse a escribir algo sobre el tema, mejor dicho, el tratamiento de los medios del tema, pero me salía tanta mala leche y me ponía de tan mala ostia que lo deje.
    Solo las estupideces escuchadas en las radio y la televisión, en las 3 horas posteriores a lo ocurrido, dejan a todos aquellos que se denominan periodistas a la altura del betún. como estas dos perlas:
    «La caja negra no es negra, es gris oscuro» – no es naranja?-
    «El peor accidente de la historia en el aeropuerto de Barajas» -y lo ocurrido a finales de los 70, principios 80?-
    No era solo en zafios programas rosa-amarillos de las privadas, tambien en emisoras públicas, como RNE, y no vale la excusa de que es Agosto y que solo trabajan becarios, en estas situaciones, se llama a la plana mayor de la sección de informativos.

  6. Suspenso a todos los medios, en especial a Cuatro por dejar al energúmeno hijo de Prat ejercer de Nieves Herrero. Su programa deberia llamarse El Sanguinariamiento, solo falta que sustituyan a Raquel por Amat Carceller y listo, ya son Telecinco.

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