Teenage Fanclub: The Shadows.

Llevaba tiempo con ganas de escribir sobre este disco. Pero, como en los mejores amoríos, no ha sido hasta el ataque de mojitos – y la crítica singelera del gran Mon ONcle al que le perdonamos hasta la U ajena del post inicial porque él lo vale- cuando me he sentido con valor para volver a hablar de este nuestro viejo amigo, los Teenage Fanclub.

Los Teenage – ya perdonarán la confianza, que llevamos casi 20 conciertos viéndoles – se han cascado otro de sus grandes discos para los viejos seguidores. Dios, a estas alturas de la vida hype no sé qué término es peor, si «seguidores» o «viejos»…

El «conceto», la sinopsis: Los actores principales no fallan en su papel, como Al Pacino en los 90 por más que bailara ciego. Y el eterno secundario lo sigue bordando como feo del bar. Me explico.

Raymond – ya perdonarán la confianza, pero…- hace unas canciones realmente personales (malas), pero creo que todos son consccientes de su papel de contrapeso en este puente melódico eterno. Aún habiendo firmado alguno de sus mejores requiebros jamás escuchados, y Más, «About You» mediante, su papel es el de hacer grande al resto.

Y Gerard Love se eleva aún más en su jodida estatua. Llevando el peso del disco, tan democrático en la composición como el resto desde Bandwagonesque.  Quien sabe si por su nueva contrata con Los Pastels, con los que firmó ese último disco tan largo en su composición como el panal de Camaná 😀 , pero su influencia se denota en el disco, en el local de ensayo, en su vida personal sea como sea.

Porque este es el disco triste de los TFC. Así como el Thirteen era el disco quizás demasiado rápido para quien quiere resultados de calculadora, este es el melancólico. Ni un single directo, nada que en la radio pueda enganchar a los nuevos cachorros.

Aunque no entiendas ni jota de las letras, que a todos los hispanos nos pasa, lo escuchas, lo ves. Esa trsiteza. Y, algunos, quizás tú también, lo sientas.

Baby Lee, osea, Noman Blake, sigue en su camino  íntimo y poco orgulloso de acabar siendo un jodido clásico a la vieja usanza. Con al mierda de 4 acordes que todos sabemos y que no somos capaces de hacer semejantes brutalidades adictivas, atractivas y personales como…me callo la comparación. Sus canciones se elevan casi tanto como las de Love (con el que no me une parentesco. ya podría), y se presenta como el compositor que quiere reinar, y lo hace en nuestro pequeño mundo. Pero no del todo.

En definitiva, que ya es pronto, un disco que los que conocimos la EGB y ya seguíamos a los Fab Four de Belshill cuando esas siglas -las del c ole, y las otras-  estaban aún vigentes disfrutaremos muy mucho. Al resto no llegará, porque son tiempos más rápidos, instantáneos, primaverales. Pero bueno, pasa con la nocilla. No es de hoy, pero es muy gozosa. Disfrutarlo, no recordarlo como a la primera novia. Venga, no nos engañemos, que a esa no fue a la que le metiste mano.

8 comentarios en «Teenage Fanclub: The Shadows.»

  1. Vale, pues le perdonaremos también a usted la ‘n’ que falta cuando se refiere a Mon Oncle.

    Copión.

  2. Buf, estoy haciendo verdaderos esfuerzos para no devorar todavía este disco y así reservar su escucha para mi próximo viaje a Scotland. No encuentro un mejor momento para ello.

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