Sobre los conciertos que recuperan viejos discos

Ayer saltaba la última versión de la noticia tipo: Galaxie 500 vuelven a los escenarios / Dean Wareham saca de gira a Galaxie 500.

La mítica banda estadounidense retorna a la carretera para interpretar las canciones vaporosas y elevadas que…oh,wait. Espera. Sigamos leyendo la nota. Vaya, que el antes trío parece que no ha estrechado lazos hasta hoy de espinas, y que es solo el cantante de Luna el que ha decidido sacar a pasear sus viejos temas.

Bueno, la enésima vuelta de tuerca al viejo y manido tema de vivir del pasado. Nada nuevo desde que las bandas se anunciaran a nombre completo con la sola aparición de uno de sus miembros originales.

Desde que All Tomorrow Parties, desde el cariño y la calidez, rescatara aquello de que grandes formaciones tocaran sus más reconocidos discos (bajo el paraguas de aquel «Velvet Underground plays in Paris»), no pasa año, mes ni día sin despertar con una noticia de este tipo. O variaciones de n elementos tomados de dólar en dólar: Una banda tocando un disco ajeno, una banda sacando un disco de canciones ajenas, una banda remezclando el trabajo completo de otro autor.

Y ya está bien.

Porque esos conciertos tienen más pegas que pros. Y no me refiero al lícito derecho humano de ofrecer (aka “hacer caja impunemente”) el pasado personal. Ni del palpable secano de ideas que muestra su autor por su necesidad de desempolvar viejos aplausos e iluminados sudores realizados con la ingenuidad que ahora carece. Un creador que se muestra más esclavo de su pasado que orgullosos de su presente. El verdadero dolor es que tengamos que ser nosotros, los oyentes, quienes hagamos grande ese concierto, quienes pongamos nuestra propia carne en el asador ajeno.

Porque volver al pasado del acné y los amores embobados no tiene sentido. Ese tiempo ya pasó, y volver a verlo en directo hará que nos esforcemos en recordar – al contrario de lo que pasa al poner un disco, dónde queda simplemente la emoción – aquella época universitaria, aquellas vacaciones veraniegas, aquellos bares y sus locos paseos. Una especie de consulta de hipnosis con birras, cigarrillos y un no siempre económico ticket de entrada.

No negaré que me casqué algunos de esos bolos, de forma voluntaria, abandonados todos ellos sin la alegría e ilusión que producen las nuevas sensaciones, hundido en la melancolía del viejo pasado idealizado. Y nunca mais, amigos. La próxima vez, cuando ustedes estén pegando botes con el “4th of july” de turno, este july se pondrá el disco en casa tranquilamente y disfrutará de su escucha original no recreada, sin mayores tristezas por no haber podido acudir al concierto del siglo

4 comentarios en «Sobre los conciertos que recuperan viejos discos»

  1. Bueno, la historia tiene doble cara, porque el público también es reticente a los logros recientes del artista. Pensaba en lo que comentabas por Twitter de TFC y su paso de puntillas por su excelente último disco, sin duda motivado por ver que la gente se empalma mucho más con un Sparky’s Dream…

  2. En parte también se habla de eso en esto. Es una muerte dulce ese camino. Que el 70% del set esté basado en temazos de hace 8-10 años no habla mucho de la confianza que tienes en tu presente

  3. A mí si se hace con un mínimo de decencia (a pesar del in it for the money), tipo Pixies o Ray Davies, no me importa. Si el modelo es Peter Hook, entonces completamente de acuerdo contigo.

  4. Nah, no te creas que tanto. No sé, vivir del pasado siempre me ha parecido morir un poco. Lo hagas guay, como pixies, su propia banda tributo, o lo hagas rematadamente más como…

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