Morrissey. Saturday Night Fiber. Madrid. 19 Julio 2008

 Nota: este post tendrá unas fotos preciosas cuando Christine Flow suba las alucinantes instantáneas que sacó del concierto.

No suele ser nada habitual que tengamos mariposas en nuestro estómago desde 15 minutos antes de que comience un concierto. Por eso andábamos pelín alterados cuando la pantalla gigante comenzó a dar imágenes de los New York Dolls fumándose un chino (“turkish cigarette”) o Brigitte Bardot saliera en su época gloriosa cantando un temita. El mito estaba a pocos minutos de nuestros ojos.

¿Aparecería con pies de barro, o mantendría su atractivo después de tantos años y tantos recuerdos personales construidos sobre su música.

Se recoge el telón. Fotos añejas de presidiarios norteamericanos sobre el fondo. Sale la banda de mercenarios (¿de amarillo? ¿No daba mala suerte?) y aparece la visión esperada durante tantos años. Nuestro The Last of The Famous International Playboys canta su tema homónimo, y nuestra emoción se dispara. Es él. Le estamos viendo. En directo. Delante de nuestros ojos.

Saltamos y botamos, casi chillamos al oído de nuestro compañero delantero cual quinceañera animando a su OT favorito. Levantamos los brazos. Y aplaudimos a rabiar tanto ese arranque como el posterior “Ask”, que aguanta la actualización. Absurdo sería pedir las energías originales. Suficiente con que la cosa se mantenga en pie de manera digna.

Y eso es sencillo con el carisma escénico de Morrissey. Extremadamente afable al micro (extraño, ¿verdad?), quien sabe si recordando el baño de masas de los Smiths en Madrid que ahora en el Fiber era vasito de rocío, es el único punto de atención sobre las tablas. Los chavalicos que van con él parece que tienen por contrato no mirarle a la cara, ni dirigirse a él.

Por más que haya 3 guitarras, no se crean que aquello fue un concierto de Glenn Branca. Todo debe supeditarse a la voz del jefe. La cual, y para lo que otros fue cliché para mí fue muy emocionante, mantiene los grititos y rugidos de antaño.

El concierto se dispara cuando es la nostalgia la que habla (Smiths, primeros dos discos del brit y el penúltimo, su regreso al mundo de los vivos) y se mantiene algo tenue en el resto de canciones del autor, las cuales no soportan un análisis muy exhaustivo. A las desconocidas, esas que dejamos que vuelen solas sin recuerdos en la mochila, se les cala rápido una estructura bastante cíclica.

Alucinamos para bien en esta zona con un rockabilly precioso desconocido para nuestros oídos y para mal con una tuba metida con la sensibilidad cristiana de Jomeini. Y, sobre todos ellos, el bien y el mal,  la eterna emotividad de Morrissey.

Un final realmente extraño (Death of a Disco Dancer como tema extraño y la emotiva «How Soon is now?» como cierre real) y muchas canciones de nuestra juventud con ganas de ser escuchadas. En mi caso el “Headmaster´s Ritual” ejecutado en su anterior visita a la capital. Pero felices a rabiar por haber visto (¡al fin!)  a un mito que mantiene sus señas de identidad y su calidad fuera de todo análisis.

8 comentarios en «Morrissey. Saturday Night Fiber. Madrid. 19 Julio 2008»

  1. Fíjate tú que a mi el Mozza me resultó algo irritante. Su verborrea otrora ardiente y afilada, se ha convertido en patéticos lamentos de ricachón fondón aislado en su palacio de las colinas alrededor de L.A. tomando té con Nancy Sinatra (nota: verídico!)… Una persona que ya no ilustra las penurias de ser joven en las calles de Rusholme, ni las historias del Manchester Grammar School de Fallowfield, ni los paseos por el cementerio de la ciudad gris y lluviosa leyendo las lápidas de famosos allí enterrados.

    Ahora se le ve forzado, queriendo defender causas poco interesantes (¿la defensa a los galgos españoles? ¿la tirria que le entró en el FNAC?) para seguir semicomplaciendo a una legión de talifanes cada vez menor (en Europa) y cada vez más extraños (en el resto del mundo), semicomponiendo canciones supuestamente desesperadas y vacías que, al fin y al cabo, es lo que sus seguidores quieren escuchar.

    ¿Dónde está el Morrissey inteligente? ¿El Morrissey que me hablaba cuando yo me encontraba mal? ¿El Morrissey que realmente conectaba con mi vida? Ese Mozz ya se ha ido, al tiempo que él ha engordado su cuenta corriente y sus micheles. Lo que yo vi el sábado es una persona ya entradita en años que sigue agarrándose desesperadamente a unas formas y a un estereotipo que cada vez resultan más patéticos. Ni sus movimientos, ni sus paridas al micrófono, ni su pose altanera, ni su arranque de camisa me dicen nada en 2008. Pero lo peor de todo es que ya no me creo lo que cuenta, sus canciones me resultan facilonas y previsibles y, tiempo al tiempo, tantos temas de los Smiths en escena me hacen pensar que, en breve y cuando quiera comprar la casona de uno de sus fetiches, el grupo se reunirá para unas giras que costarán un güevo y que serán otra representación triste de esta serie de comebacks absurdos que estamos sufriendo en el Siglo XXI. Los Smiths al Rock in Rio de cabeza. Ya veréis.

  2. Del libro de las revelaciones:

    Y Dios, bastante fondón, decidió terminar su concierto con How Soon Is Now?

  3. de acuerdo con todos, vale…pero…amen a que, jon?
    😀

    se me había olvidado el how soon is now…gracias R!

    Federica, él ha cambiado, claro, quizás a un poco peor…pero…¿y nosotros no o que? Lo verdaderamente triste quizás sería hablar de cuando GB (Gran Bretaña, no Giorgio Bassmatti 😀 ) tenía 2 canales de TV, del paro, de los rectores indecentes, de los amores furtivos y ambiguos.

    Es como escuchar a los raperos tras hacerse famosos, o a cualquier popero que toca la fama. En ese mundo ya no se conoce la realidad. Para mí es más bonito que el viejo parado mancuniano siga con su viejo estilo, aunque a tí te parezca ya un cantante de cruceros 😀

    No voy a negar mi amor por el cantante, un amor basado en las imágenes antiguas, como esos amores primerizos que buscan reverdecerse, idealizados y preciosos. Y que luego, cuando se encuentran de nuevo varias veces, ven que cualquier tiempo pasado fue mejor y que vivían en una nube.

    Yo admito que tenía una ilusión terrrrrible por verle. Y que la cosa me pareció bonita y emotiva. No sé si buena del todo, porque no iba con espíritu crítico. Ya indicaba que los temas nuevos o más parados eran demasiado lineales. Y que, obviamente, cualquier ataque a alguna obra maestra del pasado quedaría diezmada ante nuestra visión personal enaltecida por sentimientos propios.

    Temas de os Smiths ha habido siempre en la lusta de Morrissey, que yo sepa al menos. La selección en esta ocasión fue, cuando menos, debatible.

  4. Lo del desi lo estamos mirando, Kid, pero romperse la camisa sólo tal y como está el listón es algo demasiado banal…

  5. El concierto me pareció soberbio, la selección es como siempre discutible pero yo creo que todos echamos de menos muchos, muchos temas, la culpa más que nada la tiene el formato festivalero de hora y poco y a correr.
    Lo cierto es que Morrisey pese a lo petulante, lleno de si mismo y asquerosamente rico que pueda ser este 2008 (que yo recuerde siempre lo ha sido) se sigue tomando su oficio lo suficientemente en serio como para subir al escenario con una banda que funciona a la perfeción y ofrecer un recital consistente y emocionante sin tener que tirar demasiado de recuerdos, a mí francamente me encantó, sobre todo después de ver el resto de los grupos (jodidos amateurs).

Los comentarios están cerrados.