Menudos encantos…

Sabado pasado por agua, y por música, en Donostia. La jornada comenzaba temprana para los usos habituales. A las 18 horas estaba programada la actuación de los getxotarras McEnroe en la Casa de Cultura de Aiete. La climatología norteña hizo que, aun suspendiéndose el picnic en el que iban a actuar los vizcaínos, el concierto pudiera llevarse a cabo.

Y menos mal. Porque fue una delicia. Con una formación que cabía en un coche (guitarra, batería, músico de apoyo), las canciones se sostuvieron enormes. Y parte del público, que desconocía sus buenas maneras ya que eran más de manteles y vichisoisse, hizo que volaran del stand de venta de discos las copias de su último CD, el fenomenal “Las Orillas”. Por Dios, ¡Si hasta ví a una chica comprando un vinilo!

Muchos de esos aciertos orilleros sonaron en Aiete. También otras canciones más antiguas, cerrando con el “Tormentas”, tema muy apropiado para la que caía en la ciudad a esas horas. Y algunas que salieron, entre sonrisas, al segundo o tercer intento. “La habíamos ensayado a la mañana en el local por primera vez. Y claro, alllí, sin gente, pues siempre queda bien”, me diría luego en la entrada del recinto.

Sobre todas las tonadas emerge victoriosa la voz del cantante, un tipo con pinta de bonachón cuya particular forma de entonar las frases, golpeando con fuerza las primeras sílabas, te atrae hacia él como un imán. Con esas letras que uno tildaría de melancólicas. ¿Un ejemplo? Esta inmensidad

Dejamos la Casa de Cultura esperando que abandonen pronto su vivienda situada a nuestro Noroeste , tarareando sin parar las vistas hermosas , deseando volver a verles, a banda completa.

La segunda etapa paraba, cómo no, en Le Bukowski, donde las dicharacheras Those Darlings hicieron honor a su nombre. Capitaneadas por dos chavalotas tope sexys y rockeras, su fiereza guitarrera, bastante clasicota pero bien cascada, sonó divertida y atractiva para dejarse acompañar por los refrescos de turno. No, nosotros no, los otros, los que vienen en vaso…

Nota: Si dos son las chicas principales, que cantan y tocan la électrica, y una de ellas en la última canción se desprende del instrumento y coge el micro con la mano y se acerca al público, ES QUE ESTÁ SOLTERA. De nada.

1 comentario en «Menudos encantos…»

  1. Hola.

    Si es posible y te parece bien, sería útil si pudieras publicar algo sobre lo siguiente. Puedes copiar y pegar o redactarlo a tu gusto. La cosa es que se consiga algo.

    Observo desde hace tiempo una gran polarización en lo que a la limpieza/suciedad de Donostia se refiere: mientras en algunos lugares, desde hace unos pocos años, las barredoras mecánicas pasan a diario en otros lugares parece que ningún operario ni máquina del servicio de limpieza pasa jamás.

    Hace años no había máquinas barredoras. Poco a poco se empezaron a ver. Al principio en cada calle sólo pasaban de vez en cuando. Pero desde hace unos pocos años pasan a diario, incluso varias veces por día, sin perdonar ni sábados, ni domingos ni festivos. Yo creo que esto es totalmente desaconsejable pues no hace falta que estas máquinas pasen a diario: no hay tanta suciedad. Además, aunque parezca una paradoja o contradicción, estas máquinas ensucian: llenan el aire de gran ruido y de humo.

    Si nos alejamos del casco urbano (a veces basta con caminar un minuto o poco más) aparecen innumerables rincones con basura, algunos saturados como si fuerean pequeños vertederos, suponiendo una amenaza para el medio ambiente y la salud pública. Ahí parece que nadie pasa en meses, años, …

    La solución es fácil. Estamos en tiempos donde hay que aprovechar los recursos económicos, etc. por lo que no se plantea nada que vaya a suponer un sobrecoste. Basta con que se reparta la limpieza por la ciudad: que se limpie cada vía del casco urbano p.e. 1, 2 o 3 veces por semana (en lugar de 7 días como ahora) y el resto de días los operarios vayan a los lugares olvidados por la limpieza hasta ahora: todo lo que queda fuera del casco urbano.

    Además, de este modo, la ciudad podrá quedar realmente limpia para el 2016, sin «barrer la suciedad debajo de la alfombra» o a las zonas que no se ven desde los teatros, cines, auditorios, museos, …. Porque, ¿de qué valen las exposiciones y conciertos si la ciudad cada vez tiene más rincones llenos de basura? Creo que la limpieza es primero. Después ya vendrán las actividades de ocio, sobre entornos limpios, claro, para disfrutarlas más …

    Por cierto, las máquinas barredoras deberían dejar de operar los sábados, domingos y festivos. Bastante ruido y ajetreo hay ya entre semana. Los fines de semana viene bien que haya menos ruido y más tranquilidad.

    Gracias

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