Dile que le echaremos de menos

Y no se te olvide comentarle que fue parte de una gran época, que nos hizo muy felices y que sería una verdadera lástima su partida. De verdad, una pérdida irreparable, un hoyo en nuestro corazón.

Ya nos habían dicho que andaba pocho, pero siempre confiamos en una recuperación no ya milagrosa sino justa. No tuvo suerte con la medicación, eso lo sabemos todos. El hospital público, en clara recesión cobarde, huyendo de sus funciones, decidió cortar por lo sano ante la falta de resultados de una «enfermedad» que suponíamos no debía medirse por esa vara. Y más aún cuando dicho hospital, u otro gran centro comunitario primo-hermano y más elevado, había decidido gastar 100 veces más para que un enfermo buscase su cura viajando por el mundo.

Claro, claro que duele ver cómo las partidas vuelan hacia áreas que se comen con creces el dinero necesario para su cura. Espacios que, bajo etiquetas de deportividad, seguro incluirán bastante movimiento de cemento y alguna que otra edificación «necesaria».

Nosotros tampoco pedimos para él un ala especial, una Fundación, «inyecciones» nuevas o un nuevo centro de investigación.Tan sólo solicitamos que lucharan por él (buscando soluciones como espaciar en el tiempo la ingestión de nuevas píldoras o el apoyo de algún ente privado interesado en sus creencias) como él luchó por nosotros para ofrecernos cosas distintas, preciosas, atractivas y refrescantes para un espacio que, en tiempos de crisis, ofrecerá y nos acercará lo peor de nosotros mismos bajo la atractiva idea de «barato para el gestor poco competente».

Y dicen que, si al final se va, lo hará solo. Sin meter apenas ruido. Después de tantos buenos momentos, de tantas farras juntos, de tantas ocasiones en los que nos dejaste boquiabiertos. Sí, puede que sea otro ejemplo más de esta sociedad que en cuanto ve que algo se pone mústio decide mirar para otro lado, escribiendo después bellos obituarios y ensalzándolo hasta quedarse con la cara roja en las charlas de bar. Defendiendo, bajo estigma de nostalgia mal encajada en la línea del tiempo, aquellos grandes pasajes, aquellos viajes a la provincia, aquellas visitas, los amigos que hicimos gracias a él, la gente creativa que conocimos y de la que gozamos.

Me gustaría decirte que personalmente te echaré mucho de menos si la noticia, aún confusa según distintas fuentes, se confirma, Gaztemaniak!. Y que me gustaría unirme a las olas de rebeldía que lucharán contra tu partida. Pero no veo olas, por más que desde aquí sigamos lanzando piedras para que reboten sobre la orilla. Las pequeñas ondas, perfecta imagen de tu vida, eran suficientes para mí.

La marea sube, y la gente comienza a recoger sus cosas para marchar a casa. Encenderán el televisor, y asistirán a conciertos de mediocridad, mientras resoplan y piensan:» vaya mierda, colega». Sí, así somos. Puros visitantes, espectadores, asistentes de barra de coso, grandes revolucionarios de cubatas vacíos, abogados gratuitos de los grupos de facebook, luchadores contra la injusticia de una noticia escribiendo un comentario sobre ella. Sí, aquí también lo harán. Y estarán internamente, etérnamente, satisfechos.

Mientras, el Hospital rie su incompetencia, su apoyo propagandístico a unas 2016 causas con futuro ciertamente oscuro, vago, vacuo, sin criterio formado, que le darán mejor prensa o «rendimiento». Sin saber, sin querer saber, que tu formabas parte de esas causas más que nadie, que tu eras un acicate para todos menos para el jefe de planta, puesto burrocrático que en vez de buscar nuevas vías de salvación hizo lo más facil. No pensar. Pero ya no estamos en la trinchera de La Gran Guerra, aunque su gestión nos lleve a algo parecido al racionamiento.

Sé que me he enrollado. Pero es lo que tiene el amor, rememorar tantos días de mi pasado dan para mucho. Días que sueño que no acabarán, pero que intuyo que lo harán aunque haya voces que hablen de milagros. Iba a decir que «acabarán, salvo que alguien lo remedie».

Y yo quise ser uno. 1 persona, dos, tres, me pidieron que llevara el estandarte. Y quise. Ayer, y probablemente mañana también. Pero hoy estoy cansado. De mirar alrededor y no sentir alientos. De soñar con que las cosas pueden cambiar y descubrir que solo lo hacen virtualmente. Que la gente es egoista, inculta, sin interés, antes de que la vida les obligue a ello.

Pero hace falta más movimientos. Los hay.Y ojala salgan más. Ojala también que estas letras hagan que su número aumente. Que luchen, que sean honestas con su pasado, que se sientan bien consigo mismos porque hicieron un poco más de lo que está en su mano para intentar la salvación. Que recen, vale, si así lo quieren. Pero Dios no bajará a la tierra esta semana, así que toca coger las armas que más a mano tengamos.

13 comentarios en «Dile que le echaremos de menos»

  1. Manifestarse en la calle sería una opción, como dice la viñeta, pero seguramente seríamos pasto de una noticia anecdótica que incluso haría gracia: mira que majos, dirían.
    Se dijo que esta semana se tomaría una solución respecto a Gaztemaniak, espero que sea favorable. Sino, habrá que buscar otro modo de seguir adelante. Desde mi exilio Bilbaíno esperaré a que se solucione el bloqueo positivamente. Lo que duele es la falta de consideración hacia un proyecto tan consolidado y que ha dado tanto. Lo triste será lo olvidado que quedará todo dentro de un par de meses.Besarkada bat.

  2. La dichosa crisis está acabando con todo. Ya nada es como antes…

    Viviendo en bilbao y teniendo todos los dias conciertos varios te acuerdas del G!?

  3. Es curiosa esa percepción de que en Bilbao hay conciertos interesantes cada dos días. A nosotros también nos afectará la desaparición de Gaztemaniak ya que era una buena opción para proponer un programa doble en Euskadi a una banda nacional. No es fácil cuadrar números para traer una banda interesante. Tampoco en Bilbao.

  4. Ya ya, menos a «MENDI»(evan dando), qué otros grupos habeis programado BI-SS? ah si, barkau, decias banda nacional. ok ok

  5. Jopé Love, he visto mucho sentimiento en tu post…
    La verdad es que te entiendo y piensoigual, no lo podría haber dicho mejor…
    Pero, hay algo que hacer??
    es terrible que esto pase, la verdad.

  6. Siempre hay cosas que hacer. O eso, o somos gilipollas. eligan el bando en el que quieren estar 😀
    Permanezcan atentos

  7. arka, no estoy de acuerdo. ahora todas las noticias anecdóticas comienzan con un «ha sido creado un grupo facebook pidiendo blablabla…» cuanto más excéntrico mejor. Entre tanta virtualidad, recuperar la calle es un golpe de efecto muy potente.
    Ahora, todos a firmar el manifiesto.

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