St Vincent: Y yo con estos pelos

Impresiones (nunca mejor dicho) sentidas en el concierto de St Vincent en Donostia.

  • Redios, qué guapa es. Rediós, que pinta de jarta tiene. Y seguro que se levanta a las mañanas hablando de venenos y poetas mientras se quita las pelusillas con quitahielos. Bueno, y yo que lo vea.
  • Parece Catwoman en una fiesta del Superpop.
  • Hey, técnico, mira los cables. Parece que tiene alguno pelado y le da calambre. No, no lo digo por sus pelos, lo digo por esos punteos atacados
  • Siempre me turbó el movimiento de las muñecas de las cajas de música. Gracias por recordármelo, santa vicenta.
  • Le acompañan un dúo a los sintes y un batería. Por partes…
  • Nunca te fies de un batería que toca con corbata y lleva la cabeza rapada. Puede ser Jason Statham y saltar en un segundo desde el escenario para partirte la nuez con un dedal.
  • El dúo chico-chica de los sintes maneja sonidos prohibidos por la ONU en su directriz de 1984. Él parece italiano –nada más que añadir-. Ella, concentrada, tampoco desentonaría en una peli de acción, levantando la cabeza del teclado y diciéndole al almirante “hemos perdido la señal del sonar”.
  • Redios, qué guapa es.
  • Me recuerda a Prince, pero sin nada funky. Parece una de aquellas chicas de la factoría del de Minneapolis.
  • Como Prince en un ático neoyorquino. Sí, algo así. Adult Oriented Vanguard. Le falta una bailarina chapapote, como la que manejaba Antony.
  • Es todo tan moderno que sus discos deberían pagarse con una moneda del futuro, nada mundano que ande hoy entre nuestras manos. Un proctor, por ejemplo.
  • También tiene un toque oscuro, crepuscular, gótico.
  • Cualquier acercamiento a algo similar a una melodía provoca un rechazo instantáneo en las creaciones de la norteamericana. Se intuyen traumas infantiles de cualquier tipo con coros religiosos. Idea trasladable a los fans presentes.
  • Su inclusión en El Dia de La Música de Madrid es como la invitación a los samoanos de 150 kgs para correr los 100ms en una olimpiada. Un acto caritativo o integrador o algo.
  • ¿En qué momento del día, en qué situación, te puede poner este disco en casa? En mi caso, cuando esté en la calle.
  • No quiero pensar qué, y cuantas veces, le vio David Byrne a la niña para sacar un disco a medias con ella.
  • Nos quedamos hasta el final. Quien sabe, “igual tocaba una canción buena”. Como dijo un muchacho presente en la entrada al finalizar el acto. Si lo hizo, debió ser en los camerinos.

PD: Redios….

2 comentarios en «St Vincent: Y yo con estos pelos»

  1. Lo mejor, la versión de The Pop Group. Todo lo demás me pareció a ratos marciano, a ratos hortera.
    Rediós x 1000, sí.

    ¿Sólo yo vi el puto AOR? Últimamente lo veo por todos los sitios. El solo de teclado (joder) fue de pegarles con un calcetín mojado.

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