Para no molestar

En este post, como en las últimas de «El Jueves«, hay un titular pero podía haber muchos más: El «Como (no) hemos cambiado» de los papeles de hoy, «La Ketchup»,… Y todos sería acertados.

Porque Soledad Gimenez, la ex de Presuntos Implicados, tiene un esquema compositivo muy fijo. Mezcla mucho jazz, pop, soul (a su lado, Duffy es Billie Holiday), algo de latinismos brasileños. Pero todo es tan extremadamente suavecito y contenido que se hace difícil apuntar algún matiz.

Explicaba Manoukian cómo en los discos actuales había un recorte de rango dinámico que hacía que todo sonara mas plano.

Pues bien, el técnico de sonido de la valenciana  puede atribuirse el honor de ser la primera persona en el mundo que es capaz de trasladar esa forma de trabajo a un concierto en un teatro. Daba igual que el melenas se hiciera un punteo distosionado, o que el bajista le diera al slap como si jugara a las maquinitas de Olimpiadas de los 90.

Nada que objetar a los músicos, impolutos ellos en el toque. Pero Todo quedaba engullido en esa zona media sonora, sin sobresaltos ni compositivos ni sonoros. Como el ketchup, que ya puedes echárselo a un plato rápido que a una comida de Arzak que todo lo homogenea.

Sobre esa línea recta Giménez cantó y habló y habló y rió al comienzo de las canciones comiéndose estrofas. Le disculparemos su charlatanería porque a la frialdad habitual de los donostiarras se unió una entrada realmente pobre, de unas 200 personas. A eso quítenle los 20 de su oficina de promoción y los 40 (mínimo) que fueron con invitaciones y les queda un buen ejemplo de música perfecta simplemente caduca.

En la primera parte del concierto, el que trataba sobre su ultimo disco, la música viajó costumbrista y ambiental. Algunos maliciosos que por aquí pasan decían que era «música de ascensor», a lo cual me niego porque Bacharach y Esquivel son Dioses del Olimpo. A mí me recordaba a las bandas sonoras de las películas de Fernando Colomo de los 90 o a las típicas formaciones de r´n´b norteamericano de aquellos años. Sí, tela marinera.

También pensé (también tengo mi lado benévolo) que si el concierto se realizara en un garito como el Altxerri, un coqueto club de jazz, mientras uno asiste con cierto derecho al despiste, la sensación final hubiera sido más satisfactoria. Pero sigamos con la velada.

Tras una bonita exposiciónsobre el futuro de la venta de discos y cómo eso afecta a los que están empezando,  salió a cantar y tocar la guitarra su hermano bueno (no con el que se ha enfadado) Manuel Veleta. No podemos estar más de acuerdo con lo que dijo el brothel, aquello de que «jamás había tocado en un sitio tan chulo«.

Escuchando sus canciones que mezclaban dos referentes básicos en la música marchosa actual (Revolver y Pedro Guerra), uno se lo imagina tocando en actos de la Fundación Autor y en túneles de estaciones de tren, que viene a ser lo mismo. Cualquier salto por encima de eso habría que achacárselo a la fortuna o alguna otra suerte de despacho

Su segunda parte fue a por el hit, recuperando éxitos de su anterior banda y haciendo temas ajenos. Las versiones que realizó, recogidas en su primer disco en solitario, fueron entre el correcto correctismo de su fórmula (Eric Clapton) y la pequeñita verguenza ajena (Radio Futura). Todas perfectamente integradas en su estilo musical, sea lo que sea lo que quiera significar eso.

3 comentarios en «Para no molestar»

  1. Yo no estuve en el concierto pero si mi amiga Virginia, que con gran indignación me contaba que nombró a Rafa Berrio como autor de una preciosa canción incluida en su último disco y que no la cantó! Lo que dices en tu crónica, en lenguaje más coloquial, ha sido lo que me ha dicho ella. Mucho jabón para su hermano bueno y a Berrio, en la estacada another time, ya que en Fnac, cuando la presentación del CD hizo lo mismo y aún tuvo la osadia o desfachatez de decir que no la cantaba por que aún no se la sabía. Han pasado varios meses desde entonces, y parece que aún no lo ha conseguido… En fin…

    Salutti!!!

  2. En favor de la Giménez decir que sí que hubo acercamientos con Berrio, pero que la cosa al final no fructificó…

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