Disfrutando de un nuevo domingo en el que maldecimos la vida por haber gozado tanto el finde, esta es la pequeña selección de momentos que destacamos del Boga Boga Festibala. Se nos queda corto lo de oro, plata y bronce y añadimos un diploma final.
Dos baterías: “Dos baterías en el salón, Dos baterías en tu habitación, Dos baterías bajo la cama, Dos en la funda de la almohada”, cantaríamos parafraseando a Los Punsetes. Boga Boga Festibala ha recopilado las mil y un formas de percusión que los chicos y chicas de los palos ofrecen: Varios de ellos (Melenas, Los Sara Fontan, Sara Zozaya) intercalando digitalismos y parches sonoros. Y otro par de actuantes, con dos baterías físicas y antagónicas.
Lisabö le arreó lo más gordo, como siempre, el estilo “puñetazo de Irún”. Sin florituras, Defendiendo a Helmet y toda esa gente que adora la crudeza (la del sushi no, la otra). Marcando el ritmo marcial a dos voces en un montaje escénico curioso en su simetría: si lo cortas por la mitad te quedan dos tríos exactos (guitarra, bajo, batería). Espero que no se enfaden y giren con dos formaciones con el mismo nombre.
Gorka Urbizu se puso en la otra esquina. Dos pegadores con una sola misión: que la caja fuera la almohada del concierto. Y la fórmula funciona, carajo. Suena a los discos que nos chiflan de los 70, a los que tienen melodías espeluznantes: Como las de Gorka…
Janela Bat: Esa canción de Gorka Urbizu es un templo. Una estatua a adorar. La líder de la secta de los “evangelizados por la nueva carrera del de Lekunberri”. Y si por si fuera poco, en Chillida Leku se la dedicó a Gisèle Pelicot.
Su nueva forma sonora, la que nace con “Hasiera bat”, es asombrosa, envidiable y disfrutable. Con guiños a la vieja guardia, que pronto irán menguando con la aparición de nuevos temas. Fue lo más esperado del primer fin de semana de festival. 1500 personas de pie en el Museo lo demuestran. Gente que disfrutó con los pocos cambios realizados en el lugar…
El escenario: Parece una tontería, pero no lo es. Como afirma Juan G Andres con sus fotos y letras, los pequeños cambios mejoran la experiencia.
Mover el escenario de Chillida Leku de la esquina en la que parecía acompañar el lunch al centro es un gran paso. Poner la tienda pegada al paseo, donde estaba el bar, también es un avance – pregunten a los autores y autoras por sus ventas-. Como lo es el mover al bar a otra zona menos relevante, más espaciosa y menos molesta para el concierto.
También recuperar Gasteszena fue un puntazo. Después de décadas siendo la casa de todos los conciertos molones de la ciudad, ahora trasladados a Intxaurrondo, volver a “nuestra segunda casa” fue un plus emocionante. La gente lo comentaba en las charlas. Y lo brindaba en sus alegrías.
Parida: despropósito, simpleza, según la RAE. También lo que dicen quienes se saltan la parida(d). Boga Boga demostró que es sencillo. No tienes más que atender a las músicas más interesantes, las mejores bandas jóvenes y los sonidos más refrescantes para cumplirla sin fijarte en ella.