¿Por qué tengo que ver un concierto entero de esa banda de la que sólo escuché su politono?

Flat view of a CD-R, with interference colours...Hay miles de señales que (casi) todos ven. El mundo musical está cambiando.Con un descenso de ventas de CDs físicos en constante regresión, Promusicae unificó hace nada la lista de ventas de singles (ese último refugio de las promos de Elefant Records :D) con la de descargas y politonos y bajó el Disco de Oro a 20.000 ¡unidades de una canción!.

Las multinacionales, esas placas tectónicas del espectro empresarial, comienzan a darse cuenta de los cambios, pero no son los peores. Despacito, pero empiezan a frotar con el resto de los mortales.

Nació Spotify, y ahora cientos de anuncios de diversos tonos de móvil abrasan la parrilla (no hay Dios que vea la Sexta a la tarde sin ponerse de los nervios). Concentración del foco en una única melodía, repetición extenuante, bombardeo masivo. La vieja radiofórmula está ahora en la tele.

Está claro que el sistema Itunes barriendo el universo musical (a medio año 2008 se consolidó como el líder de ventas de música al menudeo con más de 5 mil millones de canciones vendidas ), por la novedad principal de poder conseguir una sola canción a un precio muy asequible o discos completos más económicos.

El consumidor se posiciona a favor del polvo rápido frente al amor. 40 discos disponibles al día en algunos blogs, consumo inmediato, asimilación 0. La hamburguesa rápida. Se prefiere conseguir a disfrutar. Se quiere todo aquí y ahora. Es lo que pide el siempre respetable y permeable mercado.

¿Entonces, por qué tengo que ver un concierto entero de esa banda de la que sólo escuché su politono?

Durante los últimos años hemos tragado con esa idea de que los músicos realmente ganan dinero con sus conciertos. Que la venta de discos ha caído de tal manera que reciben muy pocos euros por ese concepto. Que es en vivo donde se disfruta de una artista.

Pero en el fondo son los únicos que no quieren adaptarse a los nuevos tiempos, vivir, explotar y rentabilizar un modelo de negocio que por el resto de lados ya ha hecho aguas.

No hay más que pasarse por un concierto de unas fiestas populares de una banda de actualidad sin mucho bagaje. La lista de canciones y la respuesta del público es siempre la misma. Empezar con alguna canción medio conocida y la gente se anima.

Luego van 80 minutos de tedio absoluto, porque la banda en cuestión no ha nacido para ser escuchada en su totalidad, dificilmente convencerá a los asistentes y jamás evolucionará del single al disco porque en su nicho de mercado eso no funciona.

Y al final la explosión con el par de singles promocionados. El público vuelve a casa encantado de la vida.

Quizás los contratistas públicos deberían cambiar de contrato. Ellos, que deben regirse por la ley del mejor precio, ¿porqué se lanzan a apostar a lo loco? ¿Acaso nos casamos con una mujer por lo que nos cuenta en un chat? En el fondo los compradores públicos no son distintos a nosotros, tan sólo saben que una canción de esa banda ha sonado mucho en la tele. Y en este caso, además, no deben serlo.

Se intuye que hay volver al formato de las giras conjuntas de los 50, o a las caravanas de los 40 Principales. Muchas bandas, una sola canción. ¿Acaso no es lo que el mercado ha aprendido a desear en el resto de campos de la industria musical? Dejemos los conciertos enteros para ese otro mundo que escucha los discos completos.

¿Exagerado? Díganme una gran banda popular que haya despuntado, en el mercado nacional, los últimos 5 años, que no haya seguido la fórmula de los singles y no haya desaparecido en ese tiempo.

7 comentarios en «¿Por qué tengo que ver un concierto entero de esa banda de la que sólo escuché su politono?»

  1. no lo tengo claro. es cierto lo del politono, lo de bajarse una sola canción, lo de la lista de los 40. pero tampoco vamos a negar que los conciertos están viviendo un momento mucho mejor que el de la venta de discos.

    la gente va al concierto de turno como acto social aunque no se haya comprado ni cas escuchado nada del artista. y claro, como acto social poco importa si estamos hablando de hora y nedia de canciones del mismo o de treinta grupos diferentes.

    y siempre es más rentable un concierto de un único artista que traerte a los veinte hits del momento. así que yo creo que, al menos de momento, este popurrí en directo como que no me termina de encajar.

  2. Gracias por el comentario, Manolo…

    No niego lo de los conciertos. Pero el mercado, el popular, el masivo, está cambiando. No hay más que ir a una fiesta popular y ver que pasa lo descrito, má o meno.

    Lo del acto social, innegable. Como ver el partido de españa en Plaza Colón. Con gente allí mismo, en vez de en Suiza.

    Lo de los 20 artistas sería igual de rentable, si se le pagara por su obra, no por el conjunto de canciones que tan solo extienden el tedio entre los asistentes… Serían citas más atractivas, porque el nicho es similar

  3. sí, pero al artista le interesa un concierto solo, no común. y al mercado también, porque vende 20, uno de cada artista, y no uno solo. por eso me temo que se va a intentar mantener el sistema actual.

    fíjate como en el mainstream cuarentil no hay festivales del nivel de los que hay en el terreno más «independiente». ¿y por qué ocurre esto? pues yo imagino que, mientras en el circuito indie es necesario reunir a 10 o 12 bandas para conseguir un aforo mediano, de momento en el comercial con un manolo garcía es suficiente. resultado, pago a uno, vendo 20.000 entradas y me forro. nada de complicarme la vida con 1000 grupos ni hostias.

    aunque está claro que en esto de la música lo que dices hoy se desmorona mañana.

  4. Yo me refería más a nuevas bandas o eso. Aunque mis teoría tiene más agujeros que un banco americano, vale:D

    Hoy en día no hay artistas de 20.000. Igual en Madrid. Del resto, mas bien poco. Nacional y nuevo, digo. Y a ese uno que pagas cobra más que los 50 que estan empezando y a los que no les vas a dar más vida que el consumo propio.

    Si mi teoría no dice nada mas que hacer física la política del politono. Si en un anuncio entran 5, en un concierto otros tantos. Bajamos caché y vendemos lo mismo, y presentamos los pòlitonos nuevos

    Si hay peligro de que entremos en un bucle, avisa y me callo 😀

  5. pues nada, lo más fácil, gira d OT con los temas de moda y a tomar por culo los artistas originales. vamos, a los que oyen la música a través del politono del móvil no creo que eso le importe mucho.

  6. Mire, por fin estamos de acuerdo en algo 😀

    No creo que estos artistas sean originales, así que…ea, puerta!!! A los originales ya les seguiremos mimando, hombre

  7. Ocurre que desde que se fragmentaron los canales de información, las bandas de estadio no han regenerado su panteón. La música fluye por multitud de canales que han fragmentado los gustos, las referencias, el consumo y, en consecuencia, las capacidades de convocatoria. Así, sólo las mantienen más o menos incólumes algunas bandas del pasado siglo.

    El Pais

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