La vida con bigote, cuan distinta es

Estaba el sábado pasado en Le Bukowski, pegándole duro al indie comercial estricto de Iban La Fabrica de Colores. Que si Stone Roses, que si los Flaming Lips,…Todo contentito con mis cubatitas y mis musiquitas.

Al altillo donde estaba Iban se subían cada poco cuatro chicos y una chica a pegar botes, en plan pogo-gogo. Ellos, todos o no, debían formar parte de un grupo de música, creo que April Fools day. Iban, en un gesto de cortesía, me los presentó. Yo, algo contentillo, les comenté que eran unos señores animadores, a lo que el chico de rizos allí presente sonrió.

“Pero hombre, una vez de subiros arriba, tendriais que darlo todo, quitaros la camiseta y casi toda la ropa”

Con un gesto entre asustado y medio turbio el joven empezó a echarse para atrás, dejando que la muchedumbre le fuera comiendo sin mayores esfuerzos, alejándose con sutilidad pero sin freno.

Sin duda, las frases con bigote suenan distintas a si las dices sin bigote 😀

7 comentarios en «La vida con bigote, cuan distinta es»

  1. sería complicado no hablar de saunas y duchas, sitios que no frecuento. Y sin eso el libro me iba a quedar muy pobre… 😀

  2. quita el icono de la sonrisa y te busco un planeta para entregarte un día de estos. más certero que cientos de programas del schwartz (aunque sí, estrevistaron a algora y eso ya salva a lo+plus). no le restes dramatismo con ese icono. es un texto descarnado que no merece final feliz.

    pd: ¿schwartz se escribe schwartz? ¿quién se leyó su libro? qué tío más soso

  3. «Un conocido miembro de los Brandy Hips» se ha dejado bigote (y no hablo de mi ci***e), y el viernes noche triunfó abiertamente entre el lobby del pepino. Ahí tienes otro testimonio…

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