Ganó el lobo
Hizo falta soplar mucho. Hasta derribar la casita del cerdito pequeño. Hasta derruir la casa del cerdito mediano. Hasta tumbar la casa del cerdito mayor. Y, lo que parecía más difícil, tirar abajo la defensa numantina de Mikel Urrutikoetxea, el deportista más cercano a la diosa Durga y sus innumerables brazos. La final de ayer … Leer más