Como tengo un maremoto de sensaciones chungas y no consigo llamar al anticiclón, las expondré por puntos y vayan tomando las que quieran y pasando del resto:
El alcalde de mi ciudad y el de mi comunidad autónoma van a hablar con un Ministerio para que comprarles unos jugosos terrenos colindantes a la ciudad. Aunque el asiento de la negociación aún está con el plástico puesto, ya se han escuchado las palabras mágicas: Pisos de VPO. Término que su concejal municipal favorito empleará más pronto que tarde, en un proyecto a 10 años vista, metiendo presente y futuro, con motivo de la triquinosis electoral cercana.
En otro barrio de mi ciudad hay una rotonda, bordeada por unos metros de zona verde. En una de esas secciones, enana, van a hacer 100 viviendas. De VPO. O inauguran la vivienda subterranea, o, a nada que se sepa algo de física, aquello va a ser una torrezaca que habrá que señalizar para los aviones que vengan a Hondarribia.
Matamos 2 pájaros de un tiro: vendemos casa y obtenemos ingresos. Pero… ¿A qué precio?
Paseo desde Amara a Aiete, veo Morlans. Y me acuerdo de The Wire. Gris, opaco, cemento, abandonado a su suerte antes de nacer.
¿Por qué las casas que se ofrecen protegidas no son de alquiler? El promotor público cobra el suelo, ayuda a los constructores para que no quiebren, no exige unos mínimos de calidad estética ni ocupacional, saca su foto y regala esas llaves del paraiso. Y a dormir. Pero que no le vengan a los 2 años con que la caldera está rota. No es una ONG.
Si lo importante es el acceso a la vivienda para el que no puede pagarla, alquiler y a callar. Si accedes y luego ganas mucha pasta y vas a por el pan en Audi, a jugar a la ruleta hipotecaria como el resto. Facil. Inviable con los políticos de hoy en día.
Si se quiere apoyar el acceso a la vivienda prefiero que los pisos valgan 20 millones menos que la edificación de 100 nuevas VPOs. Habrá que luchar para que descienda el coste de acceso a la vivienda, no regalar sin criterio global – sin revisar, vamos- un espacio en el que habitar.
¿Por qué se apoya tanto el turismo y luego no se pasa la gorra financiera por esos establecimientos?Si hacen conciertos para ellos, que paguen ellos. Miedo me da el 2016.
El suelo se va a convertir en una fuente de ingresos (aún más) empleada con motivo de la crisis. Una crisis de gestión, sin duda. Por mucho que corten el grifo, otras ciudades de mi alrededor no suben impuestos y tasas este año. La mía, casi un 2%. Así que toca venta priveé de barrizales y descampados.
El futuro urbanísitico, ese que se cargó la chimenea de Keler o toda la Fábrica de Gas, será sin balcones, cerrado, oscuro y pequeño. Como las mentes de quienes firman algunos de esos papeles.