Cómo decir «No» a una invitación de boda

Ahora que no nos lee nadie: ir a las bodas es un rollo. ¡Y un rollo caro además! Pasta para que los novios se paguen sofá y minipimer, pasta para el trajecito, pasta para la peluquería, pasta para el hotel, pasta para la gasolina del desplazamiento, pasta para esto y lo otro. Dios, más pasta que en el menú de un ciclista

Las cosas se pagan con más o menos gusto. No es lo mismo que te invite tu amigo del alma que lo haga la hermana de la secretaria de tu antigua empresa. ¿Qué hacer para este último caso no quedar mal y no asistir? El Dj donostiarra Frankie Teadrop tiene la respuesta en forma de tarjeta de visita.

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