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Año: 2019

Morgan: Una gran noche

Intérpretes: Nina de Juan (voz, teclados), Paco López (guitarra), Ekain Elorza (batería), David Schulthess (teclado), Alejandro Ovejero (bajo). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 30/12/2019. Asistencia: lleno, unas 900 personas.

Un abarrotado Teatro Victoria Eugenia despidió el año con la actuación del grupo Morgan. Un quinteto madrileño (con batería vizcaíno) que le pega al rock y el blues sin olvidar otros estilos como el funk o el soul. Muchos hay quienes intentan estas mezclas pero pocos quienes dan con una fórmula tan certera como la de Morgan.

La noche se dividió en dos partes. Comenzaron con una versión acústica de “Honey Come Home” (The Head and The Heart) para ir lanzado los temas de su primer disco “North”. Destacaron en esta hipotética “Cara A” la belleza de “Cold” – con una cantante arrebatadora -, la devoción de “Home” y la potencia de “Work”.

La segunda parte de la velada, casi perfecta, abordó su segundo CD “Air”. La sección se inició con el eterno “Unknown Legend” (Neil Young) para ir sumando aciertos sin parar. Por nombrar algunas nos quedaremos con la atmosférica “Planet Earth”, la emoción de “El Sargento de Hierro”, la grandiosidad de “The Child”, el aire rockero de “Blue Eyes” o la felicidad de “Flying Peacefully”. Aunque para felices nosotros al acabar el concierto. Enamorados del cantar de Nina y llenos de energía tras la fabulosa exhibición de la banda.

Publicado en El Diario Vasco

Espagueti: Pop de amplias sonrisas

Intérpretes: Espagueti. Lugar: Sala Kutxa Kultur Kluba (Donostia). Día: 14/12/2019. Asistencia: unas 100 personas.

Asentados en la penúltima hornada del pop donostiarra llegaba el grupo Espagueti a tocar sus canciones en la sala Kutxa de Tabakalera. Un cuarteto afincado en el “indie pop” de calidad con unas letras llenas de balines. Si hubieran nacido a finales del siglo pasado ahora podrían estar en el sitio que ocupan, qué se yo, La Buena Vida. Pero lo de estos muchachos es la ironía, la diversión. “La épica típica de la post-adolescencia interminable”, dicen en su bandcamp. Un estilo jocoso que penaliza y no consigue recibir los parabienes de los críticos sesudos. En fin, ellos se lo pierden.

Porque su concierto fue una mezcla de letras mordaces y sonrisas perennes desde el comienzo (la sintonía de “Informe Semanal”) hasta el cierre de “Amor de provincia”. Con momentos destacados como “Despedida” – la fiesta de fin de soltería de un grupo de sordas- y esa “Un poco más arriba” dedicada a los montañeros y su ansia de subir a sitios cada vez más elevados. Y los autores se ventilaron cualquier acusación de humor ofensivo o lacerante en sus frases – no fue para tanto, no son Ciclos Iturgaiz- con una locución del cómico David Suárez sobre los límites del humor.

Los sonidos instrumentales del combo guipuzcoano nos llevaron a lo más incontestable del pop guitarrero: Los Planetas (“Intervención”), The Vaselines, Waldorf Histeria (“Galletas Danesas”) y The Pains Of Being Pure At Heart. Fusionado con otras melodías de corte “sixties” (“Treintaytantos”, “Amor de verano”) y con “parapapas” como para llenar un estadio (“Te lo has pasado bien”). El pasado sábado flaquearon en la pose escénica, eso sí. Pero todo lo demás fue de lujo.

Café Quijano: Dos sabores

Intérpretes: Café Quijano. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Fecha: 24/11/2019. Asistencia: unas 1000 personas.

Llegaron a Donostia los hermanos Quijano – y los cinco músicos que les acompañaban- con un set de más de dos horas que presentaba los dos estilos que más popularidad les han dado. Así, vestidos de esmoquin y plenos de amor comenzaron con una primera parte (demasiado breve) dedicada a los boleros. “Qué será de mí”, “Cuatro palabras”, la bella “Qué mas da” y la popera “Te matan los celos” fueron algunas de las piezas aplaudidas por un público entregado al romanticismo de los de León.

En la segunda sección el ánimo se elevó aún más. A la gente le sigue tirando ese pop-rock algo pétreo de raíces latinas que tan famoso se hizo hace unos años. Los músicos se vistieron de manera más informal y se calzaron los instrumentos eléctricos para ir repasando temas de gran calado popular. “Cerrando bares” y “Tequila” se conjugaron con la certera “Solo te puedo decir” mientras llegaban los éxitos: “Dame”, “No tienes corazón” y la estirada “La Lola” – diez minutos entre tira y afloja- nos llevaron a un bis en que que destacaron “La taberna del Buda”, “Perdonarme” y “Nada de na”.

Win Mertens: Melancolía pop

Intérpretes: Win Mertens (piano), Liesbeth Baelus (violín), Lode Vercampt (cello). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 13/11/2019. Asistencia: unas 500 personas

Volvía Win Mertens a Donostia, ahora en formato trío, para presentar su último CD ”That Which Is Not” en una noche que se tornó pop y bastante fílmica. Las distintas variaciones tocadas en el Victoria Eugenia tuvieron un gran protagonismo instrumental, la voz punteada aguda tan característica del belga y muchos momentos que sonaban a “score” de película francesa, como una suerte de “Amelie” ejecutada a tres voces.

Empezó vivo el evento con la iluminada “Wegzuwünschen” para tornase melancólico con las piezas “En Chair Et En Os” y la bella “Nested Cuts”. “Its Alien Status” nos permitió fijarnos en la sencilla y efectiva escenografía. “Bassin d´Attraction” fue uno de los puntos trágicos de la cita, con ese sentimiento elevado por el buen hacer de la violinista. “Affording More” nos regaló un buen diálogo entre las cuerdas y el gozo de ver a un pianista en buena forma.

“Not At Home” mostró una tensión contenida, “Often a Bird” llegó con acordes ensoñadores y las aplaudidas “Holes in a Habit” y “No Testament” fueron de lo más gozado del acto. Y entre ponte bien y estate quieto llegamos a los cien minutos de una velada en la que el trío ejecutante anheló ofrecer distintos puntos de vista de una música que buscaba emocionar viajando entre los sonidos clásicos y los enfoques modernos.

Film Symphony Orquestra :Un concierto de película

Intérpretes: Film Symphony Orquestra. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 08/11/2019. Asistencia: unas 1400 personas.

Hoy no hablaremos del concierto de una orquesta normal. Más allá de la acertada idea del proyecto (interpretación de las bandas sonoras de películas de éxito a cargo de un conjunto sinfónico), lo de la Film Symphony Orquestra se acerca a un show de estadio. Atravesar el viernes pasado la entrada del Auditorio Kursaal nos permitía adquirir piezas de merchandising, atender a un photocall que al final de la noche sacaría chispas y poder apuntar a nuestros chavales y chavalas a un campamento musical de verano.

En medio de todo el berenjenal se sitúa el director Constantino Martínez-Orts. Dicharachero comunicador, persona gesticulante, batuta expresiva, músico sonriente. Desde las detallistas y efusivas presentaciones de cada tema (a veces bordeando el destripe de la película) hasta las gestiones del canto del público (el mambo de “West Side Story”), su figura nos guío el paseo fílmico que arrancó con la fanfarria de los títulos iniciales de la película “Abismo de Pasión”. A partir de ahí las obras sonarían grandiosas, hollywoodienses, épicas.

Mas como no podemos detallar todas, nos quedaremos con los momentos más remarcables. La preciosa “Willow” se llevó la primera gran salva de aplausos. “Un mundo ideal”, canción de la obra “Alladin”, llegó arabesca y jazzy y nos mostró a un Martínez-Orts casi bailarín. “El éxtasis del oro”, el momento del cementerio de “El bueno, el feo y el malo”, fue una sublime mezcla excitante de los elementos orquestales y una voz soprano.

“Amelie” no acertó con la mezcla. “Interstellar” fue una gozada por lo virado de su desarrollo y “Avengers” recuperó la fuerza contenida en su ejecución del corte final. “Piratas del Caribe” mostró una gran variedad de ritmos y el recorrido por la trilogía de “Regreso al futuro” se encargó de cerrar la velada. Los obsequios posteriores desarrollarían el componente visual del conjunto y el lado más festivo de la FSO, un entretenimiento familiar con buenos mimbres.

Ludovico Einaudi: No hubo debate

Intérpretes: Ludovico Einaudi (piano), Federico Mecozzi (violín), Redi Hasa (violonchelo). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 04/11/2019. Asistencia: lleno, unas 1800 personas

Siete años después de su última visita a la ciudad Ludovico Einaudi aterrizaba en el Kursaal con todo el papel vendido. Traía un nuevo disco bajo el brazo, el plural “Seven Days Walking” compuesto por siete álbumes editados mes a mes desde marzo hasta octubre de este año y cuya inspiración le vino de pasear por las montañas.

Acompañado de un montaje sencillo en el que destacó la pantalla de fondo con sus evocadoras imágenes (ora geométricas, ora punteadas, siempre calmosas), los tres músicos de la velada llegaron ligeros de partituras y llenos de composiciones ensoñadoras. Más al principio que al final, cuando las notas tendieron más hacia el pop. Y qué decir de la respuesta del público en cada uno de los parones. Hubo silbidos y aplausos enfervorizados para agradecerle al trío sus interpretaciones. Einaudi, el pianista contemporáneo, ya es una estrella del rock.

Entre luces nocturnas arrancaron con la apagada melancolía de “Low Mist” y no pararon el reloj hasta llegar a las dos horas largas de concierto. “Gravity” fue un ejemplo de sus pasiones más celtas. “A Sense of Symmetry” trajo la emotiva oscuridad y “Elements” la tensión. “Fox Tracks” mostró la disonancia imaginativa y cortes como “The Path Of The Fossils” y ”Cold Wind” se lanzaron al post rock con piano y cuerdas – sí, ellos pueden y saben hacerlo-. Recuperaron el afamado “Nuvole Bianche” con su aire a lo Coldplay y se rescató la pieza que el italiano hizo para la B.S.O de “Intocable”. Mientras en la televisión los candidatos políticos se afanaban por ganar la contienda en el Kursaal no hubo color: el trío comandado por Ludovico Einaudi gano las votaciones por mayoría absoluta.

Vetusta Morla: Una épica impactante

Intérpretes: Vetusta Morla. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 01/11/2019. Asistencia: unas 1400 personas.

Recién llegados de una gira por EE.UU la banda Vetusta Morla disfrutaba de lo que ellos llamaron “una mini residencia en Donostia”. El grupo que hace un año metió 38000 almas (más o menos la población de Rentería) en su evento de la capital de España se presentaba con todo el taquillaje vendido -hoy- y pocos huecos libres en el día añadido -ayer-. Aviso: si son de los que van esta noche a verles párense aquí, que igual se comen algún que otro “spoiler”.

Con una escenografía apabullante comenzaron con “Mismo Sitio, Distinto Lugar” mientras la gran pantalla de fondo lanzaba imágenes grabadas – luego emitiría partes del show en vivo- y la música llegaba en formato atronador. ¡Menudo volumen gastaron ayer! Y puntazo el del cantante, que además de los distintos guiños al euskera admitió que lleva ocho años viniendo como espectador a nuestro Zinemaldia.

Los madrileños tocan cada canción como si fuera la última de la velada, cuando se busca elevar los ánimos de los presentes. Gentes que para el cuarto tema ya se habían puesto de pie para no sentarse en el resto de las dos horas de actuación. Todos disfrutaron de los éxitos más conocidos (“Copenhague”, “Sálvese quien pueda”) y las creaciones muy bien elaboradas (“Guerra Civil”, “La vieja escuela”). Con pasajes más relajados (“23 de junio”, “Maldita dulzura”) y cortes en los que la tensión iba entrando poco a poco (“Cuarteles de invierno”). Nos acordamos del grupo Muse en “Te lo digo a ti”, y remarcamos el country de “Punto sin retorno”. Potente, intenso y muy elaborado sobre el escenario, Vetusta Morla ofreció un concierto de gran impacto.

León Benavente: Un exitoso rugido

Intérpretes: Indian Feathers, Leon Benavente. Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo (Donostia). Día: 26/10/2019. Asistencia: lleno, unas 500 personas.

“No son leones pero saben rugir”, dice el reflexivo tema “Cuatro monos” con el que el cuarteto León Benavente quiso empezar su abarrotado concierto de Donostia. Un evento que llevaba más de un mes con todo el papel vendido y que se presentó repleto de cuarentones dispuestos a disfrutar de una noche sin niños – “Acabo de dejar a mis hijos con su abuela y he venido volando”, dijo uno a nuestro lado- o de reverdecer pasiones festivaleras pasadas. A ellos, los “viejóvenes”, van dirigidos los nuevos guiños musiqueros: “¿Recuerdas cuando fue la ultima vez que escuchaste a los Smiths, a la Velvet o a los Can?”, del corte “Aún no ha salido el sol”. Y, si me apuran, ese cruento “Ayer salí” que le dedican a la resaca.

La fórmula de León Benavente, esos sonidos motorizados y repetitivos que permiten la expresividad de su voz principal, ha ido variando pero sin alejarse de los aciertos iniciales. En Intxaurrondo se aplaudieron los viejos éxitos “Ánimo valiente” o “Estado Provisional”. Vítores que se extendieron a piezas como “Volando alto” y su fusión de rap y música de baile. “Disparando a los caballos” pareció un tema franco en su carga política y social. Y siguiendo con Franco, pero Battiato, apuntaremos su influencia y la de los Pixies en el fenomenal “La canción del daño”. La elogiada “Como la piedra que flota” reverdeció los sonidos sintéticos. “La Ribera” sonó a Depeche Mode mientras confirmaba al cantante Abraham Boba como dueño y señor del escenario. Y hubo más obras, pero no más espacio para alabarlas. Así que con la mención a la vitalista “Gloria” cerramos la crónica de una cita tan dorada como el telón que recubría el tablado.