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Lorena Álvarez, Manos de Topo: Sonrisa continua

Precioso y extraño el programa doble que el pasado viernes se subió al escenario de la moderna casa de cultura de Intxaurrondo. Lorena Álvarez y Su Banda Municipal por un lado, y Manos de Topo por otro, dos formaciones alejadas de los estándares, sorprendieron a propios y extraños y se ganaron los aplausos con merecimiento.

Lorena llegaba con dos socios a la percusión (ella toca la guitarra y canta) que tocaban, entre otras bombos y tambores, una botella de anís. Bebida que la dicharachera asturiana puso a mano del respetable. En lo melódico, su estilo musical es el folk tradicional de mercados medievales. Dicho así no parece gran cosa, pero maneja la chica un salero que enamora. En las letras se muestra ingeniosa y con buenos requiebros (lástima que las que más nos gustaron no podamos reproducir aquí por decoro). Y entre canciones tiene respuesta para todo. Como la propia autora dijo, afirmando saber euskera, “Gora Lorena Álvarez eta Su Banda”. Un encanto de concierto.

El de Manos de Topo fue algo más serio, que ya cuentan con tres discos y una fórmula bien rodada. La cita donostiarra sorprendió por la belleza de unas canciones pop muy bonitas que ganan sobre un tablado. Un salto guitarrero que ya dieron acertadamente en el recomendable “Escapar con el anticiclón (y volver con la boca roja)”, su última publicación. Repasando ese y anteriores trabajos, el quinteto sonó muy conjuntado. Eso hizo que la histriónica voz de su cantante (su característica más relevante) quedara mejor, más empastada, que en los CDs. Así, con paseos medievales y líricas de enamorados perdedores, nos quedó una noche en la que no nos pudimos quitar la sonrisa de la cara en ningún momento.

Publicado enCríticas de conciertos

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